Las ideas luminosas
Las ideas luminosas, los planes, los gustos que ahora sí, desde hace
tiempo. Ésta es la escena donde me acomodo, me conmuevo cada tanto con
un giro de la conversación en que se habla de las circunstancias de la
vida. En eso estoy, justo aquí, a cualquier hora, el paisaje se ve en el
acto, como un poema que se compone así: el lugar donde están las cosas
es la tradición personal, de eso me acuerdo, todo en un punto. Una
película es la prueba, evidente, de que las cosas son así, aquí estoy,
escuchando el ruido de mi pensamiento como una lluvia continua, sin
detenerme más que para darme vuelta en la cama para ver cómo son los
acontecimientos. Lo casual es inevitable, el amor revela todo lo que no
sabe, lo que sale de una frase que leí, y vuelve, al salir del cuarto, a
la luz, como una teoría del sentimiento, con este o aquel evento
marcados mientras me pongo a acomodar un libro, mientras considero la
belleza natural del recorrido hasta aquí, la composición del cuadro: yo
dije, ella dijo. el gesto se celebra solo, con la voz a un nivel más
alto que el habitual y se mantiene a la misma altura, en el presente de
la respiración, leve, horizontal, sin hacer nada
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