Gotitas de chocolate
Mis grandes debilidades: el chocolate y una
hoja en blanco, a ninguna de las dos me puedo resistir; por eso llamé a
este blog así, cada página, cada poesía, me producen tanto placer como
gotitas de chocolate deslizándose dentro de mi boca.
Siete años
Siete años de lucha,
siete duros, largos años
siete años de miedo, de soledad, de desamor,
de angustia.
Siete años de penas
de ganarle a la muerte la partida,
y sufrir la revancha cuando uno tras otro mis amores,
implacable, se lleva.
Siete años de lucha
siete duros, largos años
y yo espero que llegue setiembre y que termine
finalmente esta prueba.
Que las luchas se acaben
que se acaben las penas
que no sienta más miedo y que el amor
para siempre me envuelva.
Calma chicha
Tengo
muy claro que nuestro camino en esta vida está trazado de antemano, por
lo que cada paso que demos será el que corresponde, lo disfrutemos o lo
suframos, siempre será lo correcto y entrañará un aprendizaje para
nuestra alma. A veces, y en mi caso la mayoría de las veces, nos resulta
difícil desentrañar el por qué, o sentimos que simplemente no nos pasa
nada.
En
este momento de mi vida, por ejemplo, siento que estoy suspendida en
una burbuja en medio de mi tiempo, ni avanzo ni retrocedo, y, si bien
estoy disfrutando de la compañía de mi hija y de mi nieta, después de
cinco años durísimos, o quizá siete, ya que mis pruebas comenzaron en
setiembre de 2007, me siento estancada en una calma chicha.
Quizá
es que esperaba mucho más de esta vida, como una especie de recompensa
por los malos tiempos, aunque sé que la mecánica no es así. No hay
castigos por hacer las cosas mal, ni recompensas por las buenas, todas
son lecciones, y en todos los casos se aprende, y ésa es nuestra única
recompensa.
De
todas maneras, algo dentro de mí me dice que sí va a haber un cambio,
que en los últimos años de mi vida voy a poder lograr el amor tan soñado
y que me ha sido esquivo, y un lugar en este mundo, cerca del mar,
donde poder dedicarme a escribir y disfrutar de la vida al lado de un
alma afin. Que así sea (y que no demore).
Cómo sigue la vida?
Cómo sigue la vida? Cómo
sigue? Cómo adivinar dónde
Me llevarán mis pasos
en los días subsiguientes?
Imposible saberlo, si
camino entre nubes
Que me nublan la
vista, que cubren el sendero
Que temblorosos pasos
de mis plantas cansadas
Recorren en silencio.
Cómo sigue la vida?
Cómo sigue? Cómo adivinar cuánto
Resta para encontrar
la paz que ya merece
Este cuerpo que porta
hace más de seis décadas
A esta alma bohemia
que descansar ya quiere
Esta alma enamorada
que vivió sin amor
y por eso se muere.
Cómo sigue la vida? Cómo
seguir viviendo
En esta soledad que
me desgarra el alma y que vacía mi pecho?
Pero sigo el camino,
y ya que no hay respuestas,
Resigno cada paso,
cada instante de vida
Esperando el llamado para
dejar mi cuerpo
Y partir a lo eterno.
Cómo sigue la vida?
Por cuánto tiempo?
Balance
Sesenta años, seis décadas ya, llevo transcurridas de esta
vida que me tocó en suerte, o quizá no; pues creo que somos nosotros quienes
elegimos qué “materias” queremos aprender
en esta escuela que es cada una de nuestras vidas. Indudablemente no puedo
quejarme, ya que tuve dos ángeles guardianes maravillosos, que me dejaron “ser”
con absoluta libertad, que me protegieron, que no me dejaron faltar lo
indispensable para que fuera una persona sana y feliz, y que luego hicieron lo
mismo con mis hijas (mi gran sueño y supongo que mi primer materia elegida).
Mientras ellos estuvieron aquí, a mi lado, me sentí querida, protegida, en un
nido cálido y seguro. Difícil fue cuando cumplieron su tarea y se fueron a sus
nuevas vidas, pues me quedé perdida, sin alas, y en la más terrible de las
soledades; y ahí comenzó mi calvario, mi materia más difícil a rendir. Cuatro años hace ya en que vengo pasando una
prueba tras otra, a veces con honores, a veces con mucha dificultad, a veces
con deseos de largar todo y terminar con el camino, pero aquí estoy, y me
siento cada día con más fuerzas y más ganas de seguir caminando, sea lo que sea
que encuentre a mi paso. Presiento que lo peor ya pasó, y aunque sé que debo
seguir aprendiendo, creo que ya no será tan difícil, ni tan duro. Deseo con
toda mi alma que pueda seguir transcurriendo alguna década más, que mi salud me
lo permita, que pueda finalmente encontrar a ese compañero que nunca tuve, con
quien compartir el resto de mis días, con amor, en paz, en absoluta armonía,
que pueda tener cerca a mis hijas y mis nietos que son los seres que más amo en
esta vida. A pesar de que me sé imperfecta, siento que lo merezco. Agradezco a
Dios, al Universo, a la Vida, por cada una de las almas que he encontrado en mi
camino, aún aquellas que me soltaron la mano cuando las necesité o que
simplemente me ignoraron, pues eso también me sirvió para mi crecimiento.
Gracias por todo lo aprendido y gracias por tener las fuerzas y las ganas de
seguir haciéndolo. Este cuerpo que recubre mi alma cumple 60 años, yo, esta
alma, me siento de 30.
La vida
La vida ha querido llevarse mis colores
ha querido robarme mis sueños, mi ilusión
mis proyectos y toda mi alegría
paso a paso lentamente lo intentó.
Pero muero y renazco como el fénix
no me dejo caer, aunque el amor
que me esquiva y se escapa día tras día
no quiso exonerarme del dolor.
La danza del amor
Otra vez vuelan raudas por mi pecho
juguetonas mariposas de ilusión
campanitas de cristal en mi cabeza
tintinean anunciándome al amor.
Coros de ángeles me cantan al oído
y me nublan por momentos la razón
y me vuelvo etérea y danzo libre
la danza majestuosa del amor.
Quiero hundirme en lo profundo de sus ojos
desmayarme entre susurros de pasión
ya sentirme protegida por sus brazos
inundada por torrentes de ilusión
sumergirme en su amor y ahí quedarme
disfrutando hasta que llegue mi final
mantener a mi razón en el letargo
del amor al que me quiero abandonar.
Ya no opongo resistencia, ya me dejo
me abandono al remolino del amor
ya me envuelvo en la miel de sus palabras
ya percibo de sus labios el sabor.
Toma pronto mi mano, amado mío
y dancemos esta melodía de amor
que hace tiempo que dejamos de ser niños
no perdamos ya más tiempo sin razón.
Recuerdos de mi infancia que guardo cual tesoros
mañanas de domingo, mis padres en la quinta
trabajando la tierra entre charlas y risas.
De fondo suena el tango: guitarra y acordeón
Difusora Rochense y el Dúo Derecho Viejo
como cada domingo, pero ya ni me quejo
del volumen que a tope mi padre colocó.
Me levanto al instante ¡por fin llegó el domingo!
hoy no voy a la escuela, mi papá no trabaja,
siento olorcito a tuco, hoy es día de pasta!
Y corro hacia el jardín a jugar con las plantas
los gladiolos (mis hijos) me dan los buenos días
los tomo por sus hojas porque son sus manitas
yo juego que son niños, más mi mamá me grita:
"por favor no los rompas! vé a jugar a la quinta!"
A mi juego me llaman ¡a la peluquería!
a hacer trenzas y moños, a dejarlas bonitas
a las barbas de choclo, el pelo de mis niñas
hasta que me descubran y me lleve otro reto
cuando vean que el maíz está todo coqueto.
Y me envían entonces a comprarles el queso
que falta para el tuco, y es mi mejor recuerdo
aromas y sabores que vuelven con el tiempo.
El comercio cerrado. La ley no permitía
que abrieran los domingos, igual nos atendían
por una puerta chica que daba a un callejón.
Entrando al almacén, una suave penumbra
el sol que se colaba entre los postigones
dibujaba en el piso cual una discoteca
ciculitos de luz, mientras que por sus haces
las motitas de polvo hacían sus piruetas.
Ya casi cinco décadas pasaron por mi vida
y sin embargo aún hoy percibo los aromas:
clavo de olor, canela, café recién molido,
cascarilla y maní, en bolsas de arpillera
derramando su aroma, y sobre el mostrador
lucía en un canasto emanando perfume
el pan recién horneado que aún soltaba vapor.
En el otro rincón, la fruta y la verdura
compitiendo en perfume contra los frutos secos
los aromas de albahaca, de apio y perejil,
de orégano, de menta, la cebollita verde,
los melones maduros, las uvas, los duraznos,
las jugosas manzanas, las frutillas muy rojas,
las sandías caladas, derramaban dulzor...
Todos esos aromas me llenaban el alma,
me quedaba extasiada flotando como en sueños
y era despertada por el almacenero
que ponía en mis manos un envuelto de estraza
con el queso rallado que había ido a buscar.
Acabado el idilio entre aroma y sentidos
salía nuevamente hacia la luz del sol
hacia el intenso brillo que cerraba mis ojos
que hoy mojan las lágrimas por toda la emoción
de recordar momentos de mi lejana infancia
memorias que atesoro aquí en mi corazón.
Crecí en una pequeña ciudad del interior
de Uruguay, llamada Rocha. Una ciudad formada en su mayoría por casas de
una sola planta,con patios, jardines, y a veces pequeñas huertas, a las
que llamábamos quintas, donde las familias plantaban las verduras y
hortalizas que consumían.
En la época a la que me refiero, alrededor
del año sesenta, imperaba una ley que no permitía a los comercios abrir
los domingos, pero no hay ley que pueda dominar a "la viveza criolla"
de nuestros paisanos, por lo que siempre había una puerta secundaria por
la que se atendía a los vecinos, obviamente con el local cerrado,
inclusive puertas y ventanas, por eso la oscuridad del interior.
Los domingos, como supongo que debían ser
para la mayoría de los niños de aquellas épocas, eran días muy
especiales. Papá estaba en casa y no había clases, era día de reunión
familiar en torno a la mesa en la que lucía la pasta hecha a mano por
mamá, o el asado a las brasas. Y el aviso de que era domingo era el
infaltable Dúo Derecho Viejo que sonaba en casi todas las radios del
vecindario, y que era transmitido por la Difusora Rochense, única
emisora de mi ciudad hasta ese momento. Eran actuaciones en vivo en la
radio, muy apreciadas por la gente de mi ciudad, en una época en que no
había televisión, igual que las "radionovelas" que también se hacían en
vivo en las emisoras. Esos recuerdos son imborrables e invaluables, y a
pesar de toda la tecnología que tenemos hoy a nuestro alcance, que no
permite prácticamente el aburrimiento, añoro los tiempos en que entre la
familia había diálogo, y no por facebook precisamente, sino en torno a
la mesa familiar; en que las familias que vivían en diferentes ciudades
no chateaban por internet, sino que se enviaban cartas manuscritas; y
que al atardecer, en vez de mirar tele, los mayores nos contaban
historias, a veces inventadas en el momento (sin que interrumpiera el
sonido de los celulares) que unían más aún a la familia, y que
establecían entre padres e hijos otro tipo de vínculo. Enfin, cada época
tiene lo suyo, y yo puedo decir que tuve una infancia feliz que añoro
mucho.
Soledades
Soledad (1985)
Soledad, vieja compañera no deseada
has estado junto a mí cada jornada
más hoy quiero me abandones, soledad,
ya no quiero tenerte junto a mí
ya no deseo tu fidelidad.
Lamento ser tan dura, vieja amiga,
porque me has sido fiel como ninguna
pero no es buena para mí tu compañía
me aparta de lo bueno de la vida
me niega del amor toda ventura.
Por eso te repito amiga mía:
deseo que te vayas y no vuelvas
que te alejes para siempre de mi vida
y que ya nunca más golpees mi puerta.
Vieja amiga Soledad (2005)
Soledad, vieja amiga, no he logrado alejarte
aún estás en mi vida.
Hace ya veinte años te pedí que te fueras
más no oíste mis súplicas y quedaste prendida
a esta vida perdida.
En cada primavera soñé con que te ibas
dejándole un espacio al amor en mis días,
Como hojas de otoño que caen día tras día
se me pasan los años... se me acaba la vida...
y solamente tú me haces compañía.
Abril
Abril de tonos ocres
de vida que culmina
de hojas que crepitan
sobre el suelo que piso
caminando mi vida.
Abril fin y promesa,
Abril fruto maduro
que deja su semilla
sobre la tierra fértil
para que done vida.
Abril que estoy viviendo
otoño de mi vida.
Ocres
Ocres lucen las hojas de los árboles
cuando el verde del verano se perdió
ocre el cielo de los atardeceres
cuando el sol tras de los árboles cayó
Ocre, toda la gama de los ocres
los que tiñen mi vida sin amor
ocres sueños y ocres ilusiones
ocres días y ocre mi razón.
Pinta el ocre el otoño de mi vida
de esta vida que casi terminó.
¿será ocre el día que me vaya
y abandone esta vida de dolor?
Tic Tac
Tic tac hace el reloj en la repisa
una a una las horas se me van
las hojas del otoño de mi vida
se caen una a una sin parar.
Y yo que estoy aquí como plantada
cual árbol esperando su final
colgando su raíz del precipicio
viendo cómo se acerca su final.
Raíces que me aferran a la vida
las ganas de vivir un gran amor
mis sueños, mis poesías, mis recuerdos
que me prenden al borde del peñón.
Rimas de diciembre/2012
Te dije que te amo?
Te lo he dicho mil veces
quizá con la esperanza de contagiarte un poco
y lograr que me quieras.
Te dije que te amo?
que no encuentro motivo mejor para vivir
que soñar con tenerte?
Te dije que te amo?
Lo digo y lo repito y volveré a decirlo
otro millón de veces
Necesito que sepas, necesito que entiendas,
que nací para tí y para mí naciste
aunque jamás lo creas...
Te dije que te amo?
Lo sé, como mil veces.
Luna menguante
Hace ya tantos días que no puedo leerte!
que no sé cómo estás, que no sé lo que sientes...
y la luna malvada se me ha ido achicando
y siento que me esquiva, mañosa, su carita
para que yo no lea en ella lo que piensas.
Es la luna menguante que mengua mi esperanza
que mengua mi ilusión, y que mengua mi suerte.
Me siento aquí perdida, sin yo saber de tí
tan lejos de tu vida, en otro continente
y ha pasado otro día sin que pueda leerte.
Los otros
Los otros, ella y el, esos seres reales,
de carne y hueso, a los cuales nos aferramos mientras dejamos volar
nuestra ilusión en alas de la poesía y del amor, o viceversa.
Ella y él, más o menos resignados a tener
nuestros cuerpos despojados del alma que lo habita, ya que ésta,
mientras hacemos el amor vaga en busca del objeto de nuestra ilusión, de
nuestro amor, en mi caso tú, y en el tuyo?
Ellos, son seres desprendidos, capaces de
amar sin esperar recompensas, porque se conforman con el cariño, la
amistad, y la ternura que nos despiertan, mientras en lo más profundo de
sus almas generosas sueñan con que un día despertarán en nosotros ese
amor que nunca sentiremos, porque nuestro destino así lo dispuso.
Penélope
Como la fiel Penélope de los versos de Homero
que por el día tejía su interminable lienzo
y que al caer la noche destejía a escondidas
escudriñando el mar, esperando a su Ulises.
Así teje y desteje, más no un lienzo, sus sueños
mientras lo espera a él, quien al igual que Ulises
en busca de aventuras que transforma en poesía
navega, más no el mar que navegaba el griego
sino en letras, palabras, ideas que expresan sueños
y que transforma en rimas.
De vez en cuando escucha el canto de sirenas
que logran encantarlo con sus hermosas voces
y le hacen olvidar a quien paciente espera
con su amor generoso, mientras teje y desteje
su interminable lienzo de sueños e ilusiones
pues sabe que seguro retornará su Ulises.
Y allá, tras de los mares que navegara el griego
una sirena herida canta sus tristes versos
de amor, de un gran amor, esperando a su amado
aún sabiendo que nunca retornará a su vida.
Cerrando Ciclos
Todo
termina, se cierran ciclos, y a veces duele, como hoy, especialmente hoy. Y aunque
mi fé, fortalecida con el transcurso de estos tiempos de crisis y la ayuda
espiritual de los amigos, me dice que algo mejor vendrá, que hay que seguir la
ruta del aprendizaje, cuesta aceptarlo.
Miro por la
ventana de mi oficina por donde he recibido luz cada mañana de estos últimos
cuatro meses, y descubro, recién, que el árbol que crece junto a la ventana
está desnudo. Vacío y gris como mi ánimo.
Es el mismo
árbol que me brindó sombra y frescura en las mañanas de verano, que dejó pasar
apenas la luz necesaria por entre sus verdes hojas, verdes como mi esperanza en
lograr un poco de estabilidad para mi vida, y que se han quedado amarillas y se
las ha llevado el viento que sopló muy fuerte ayer, junto con mis sueños.
El gorjeo de
los pájaros que se mezclaba con la música de Chopin que escucho cada mañana, ya
no se oye. Ellos, los pájaros, también han emigrado, como él.
Habrá que
seguir camino, hay que seguir aprendiendo, porque para eso estamos acá, no
queda otra.
El árbol de
mi ventana, la que ya no será mía, en unos meses volverá a cubrirse de verdes
hojas, los pájaros volverán a revolotear y hacer oír sus trinos entre sus ramas,
pero yo no estaré, y seguramente tampoco Chopin. Estará él, y me pregunto si lo
acompañará mi recuerdo… seguramente no. Se irá conmigo sin dejar huellas.
Tengo un amor
Tengo un amor muy calmo, de lluvias y rocío
no un río caudaloso de saltos y cascadas,
sino un pequeño arroyo muy fresco y cantarino
que corre entre verdores de flores y viñedos.
Quiero que sean mis aguas unidas a las tuyas
que formen ese arroyo que cruce la campiña
fundidos para siempre en una sola alma
hasta el fin de los tiempos...
Tengo un amor muy dulce, de panes y de mieles.
Tengo un amor de besos, de trinos y violetas
quiero ser para tí refugio de tristezas
pintarte una sonrisa y que allí permanezca.
Tengo un amor maduro, muy calmo y muy paciente
y mis aguas serenas para unir a las tuyas
son mis únicos bienes, más nada que ofrecerte.
DE AMORES Y POESIA
Hay en mí partes inconexas y cada una de
esas desconexiones me traen problemas. Una de ellas es el evidente
autocontrol de mi lengua, que hace que mi cerebro no logre dominarla, y
devele todos sus secretos. La otra es entre mis sentimientos y mi
poesía, que a estas alturas, ya no sé cuál de los dos caminos seguir, si
el de los primeros, el de la realidad y la ternura de sentir amor por
un hombre cercano, real, de carne y hueso, como mi “hombre de canela”; o
el que me indica la segunda, el de la ilusión y la fantasía del amor
soñado por alguien que, si bien es un ser maravilloso, con muchas
virtudes y obviamente algunos defectos, que tampoco estoy ciega, es
lejano e inalcanzable.
Mi lógica me indica que los sueños, si
bien son necesarios para alimentar el alma y te sirven como referencia
para guiarte en el camino de la vida, casi nunca se realizan, y por lo
tanto, te hacen feliz mientras sueñas, pero luego te estrellas contra la
cruel realidad, en este caso la de tu propia soledad.
Eso me está ocurriendo, luego de un
período en el que he dejado mi corazón en manos de mi poesía, y ésta se
ha divertido a mi costa. No todo es negativo, no puedo negarlo, pues mis
ilusiones estos últimos tiempos han hecho maravillas, me han llevado
por lugares fabulosos, me han proporcionado mágicos sueños de las mil y
una noches, me han hecho escribir hermosas poesías, que puedo decir que
son hermosas porque no las he construido, han surgido solas y lo único
que he hecho yo es expresarlas por la escritura, y han puesto un toque
de locura en mi vida chata y triste de mujer sola.
Esta etapa me dejó algo muy bueno, un
buen amigo. Un ser maravilloso que supo comprender mi locura, que me
brindó su comprensión, su cariño y su ternura, además de muchas
enseñanzas, pues como todos los seres grandes de verdad, es muy
generoso.
Pero llegó el momento de
despertar, y espero que no sea demasiado tarde para recuperar ese amor
real, que siempre permaneció ahí, en un rinconcito de mi corazón. El es
mi verdad, él es mi realidad y mi más grande sueño.POR QUÉ?
Día tras día durante los últimos
cinco años de mi vida, me he preguntado por qué? Hace cinco años,
un tres de setiembre de dos mil siete, me desperté en medio de la
noche con un terrible dolor que me traspasaba el cuerpo del vientre a
la espalda, acompañado de vómitos violentos. Mi dormitorio era en
el piso de arriba, y se accedía a él por una escalera muy mal
construída, con escalones disparejos, lo que hacía muy complicada
la subida. En vano mi madre me frotaba con los mas diversos ungüentos
calmantes, alcohol, enfin, que la pobrecita trataba por todos los
medios de aliviarme aquel dolor, que era semejante a los de tres
partos juntos, muy pero muy grande.
Yo creí que había llegado mi hora de
morir, y probablemente tuviera razón. No podía soportar aquel
dolor, que no me aliviaba ni estando parada, ni sentada, ni menos
acostada, era terrible. Pensé que era un infarto, que el corazón
estaba por explotarme, y estaba presa en aquel cuarto, puesto que si
era difícil descender la escalera sana, menos en aquellas
condiciones.
Yo nunca fui muy religiosa, hasta los
dieciocho atea, y luego se me despertó de pronto la certeza de que
existía un dios, pero me quedé en eso, en la creencia de que sí
existía, sin profundizar más. Sin embargo, en ese momento en que
llegué a desear la muerte para aliviar mi desesperación, recordé
que un día había visto por casualidad un programa del argentino
Víctor Sueiro, popularmente el Gallego Sueiro, donde contaba sus
experiencias místicas, separación del alma del cuerpo y retorno al
mismo en varias oportunidades. En mi sufrimiento, recordé un pasaje
del programa donde él aconsejaba que ante un dolor muy grande que
estuviéramos sufriendo, o alguno de nuestros seres queridos, le
pidiéramos a la virgen María que nos cubriera con su manto, y eso
hice. Fue inmediato, la virgen me hizo el milagro. Sentí una
frescura especial que bajaba desde mi cabeza hasta mis pies, y el
dolor desapareció. Tan así fue, que bajé aquella escalera feliz de
estar aliviada, me lavé, me cambié de ropa, llamé un taxi, y
marchamos al hospital.
Tuve la suerte, que el médico de la
guardia era el mejor, no sé si esa especialidad tiene
algún nombre específico, pero ese doctor no falla un diagnóstico.
Apenas me palpó dijo que era pancreatitis. Me hicieron los análisis
correspondientes, y resulta que el nivel de mis enzimas se había
multiplicado varios cientos de veces, por lo que estaba más cerca
del cementerio que del hospital, se los dijeron claramente a mi
familia.
Me hicieron una tomografía computada y
vieron que tenía la vesícula biliar llena de cálculos, a punto de
explotar, por lo que uno de ellos se salió y cerró la salida del
páncreas, así que los jugos se concentraron en el páncreas y
comenzaron a fagocitarlo. Me tuvieron sedada hasta las seis de la
tarde en que salieron conmigo en una ambulancia rumbo a Montevideo,
al sanatorio de Casa de Galicia. Me metieron por la boca un tubo con
una camarita, para ver en qué estado me encontraba, pero, vaya
sorpresa, el cálculo ya no estaba. Creen en los milagros? Yo sí.
Mi diagnóstico era aún reservado, mis
hijas asustadas oían una y otra vez al médico que no les daba
esperanzas sobre mi vida, y que les anunciaban que, aunque lograra
pasar la operación que deberían hacerme para sacarme la cantera de
piedras que tenía por vesícula, debería luego permanecer por lo
menos un mes y medio en cuidados intensivos (CTI).
Enfin, que me pusieron en una especie
de coma farmacológico durante doce días, tratando de bajar el nivel
de mis enzimas para luego operarme. El nivel bajó rápidamente, por
eso a los doce días comenzaron a darme gelatinas, caldos, y
líquidos, pues en esos doce días yo había perdido veintiun kilos y
me había, lógicamente, debilitado.En todo ese tiempo, y a pesar de
los pronósticos, yo nunca me sentí morir, jamás. Llegaba el médico
a verme y me preguntaba cómo te sientes y siempre con una sonrisa,
le contestaba que muy bien, y era verdad, yo me sentía muy bien.
El 19 de setiembre me operaron,y,
contra todos los pronósticos, no hubo necesidad de llevarme a
cuidados intensivos, me levanté en el mismo día, caminando,
perfecta.
Nunca más sentí molestias de ningún
tipo, jamás, eso sí, internamente había cambiado, y mucho. Yo salí
de ese momento tan crítico de mi vida, fortalecida espiritualmente.
Salí pensando cosas sobre las cuales jamás se me hubiera ocurrido
pensar, creyendo en otras en las que nunca creí, sabiendo verdades que no sabía de dónde habían
venido. Aprendí que no somos este cuerpo, somos esta alma,
que por lo tanto somos eternos, porque
el alma es energía y al morir esa energía se va de nuestro cuerpo,
no desaparece con él; que vivimos muchas vidas, tantas como sean
necesarias para el aprendizaje de nuestra alma, el camino para llegar
a la perfección; que una vez que logramos pasar todas estas etapas
(vidas mortales) llegamos a fundirnos en dios, que no es un ser que
nos hizo a su imagen y semejanza, sino el conjunto de las almas puras
que llegaron a la perfección.Yo no había leído más allá de “El
Profeta” de Kahlil Gibran, libros que hablaran sobre estos temas,
por lo tanto, jamás pude tomar enseñanzas de nadie, fue algo que me
llegó y no sé de dónde, pero un día espero poder hacer una
terapia de regresión para saberlo. Estoy segura que en medio de ese
sueño yo recibí instrucciones para mi vida.
Pero yo siento, hoy, que debería haber
muerto en ese momento, y que lo que estoy viviendo es una nueva
oportunidad que me dio dios, el universo, o la vida, y que si yo
hubiera sabido que iba a ser tan dura, la hubiera rechazado. Los tres
años siguientes perdí tres seres queridos, primero mi padre, luego
mi madre enfermó de dolor y le despertó un cáncer de páncreas que
la llevó en dos meses, y luego mi hija se embarazó y tres semanas
antes de nacer su niña se le murió en la panza.
Y yo estuve siempre ahí, porque mi
padre murió en los brazos de mi madre y a mi lado; cuando él se
fue, tuve que renunciar a mi trabajo para acompañarla a ella que
quedó muy mal, y luego cuando enfermó, estuve día y noche junto a
ella hasta el último segundo. Tuve que aprender a sonreír cuando
por dentro estaba destrozada, para convencerla de que lo de ella no
era nada, para mantener su ánimo alto. Y luego cuando mi hija perdió
a su Sofía, yo vivía en su casa, y obviamente, ahí también
estuve.
Cuando mi madre se fue, me quedé en la
mas espantosa de las soledades. Es así que recibí un mensaje de
ella donde me decía que no me dejara caer, que siguiera mi vida con
alegría y en su nombre, y que nunca tuviera miedo de morir que ella
estaría esperándome en el cielo. Por eso, y a pesar de mi dolor,
cuando mi primo me sugirió que me viniera a vivir a Chuy, donde
estaba la mayor parte de la familia, acepté. Y si los primeros tres
años fueron duros, estos últimos dos han sido espantosos.
No he logrado estabilizarme
económicamente, no he encontrado un trabajo que me de para vivir, y
como si ésto fuera poco, estoy tan pero tan sola, que llego a llorar
añorando los abrazos y los besos de mi familia. Tampoco tengo amor,
pero eso no me extraña, pues ya es una carencia acostumbrada en mi
vida.
Y vuelvo a la pregunta del principio:
Por qué? Por qué no me fui esa madrugada de setiembre del 2007? Por
qué hacerme pasar estos cinco años de tortura, que ni sé cómo he
podido resistir, y en los que he recibido más humillaciones y
desilusión que en diez vidas? Por qué tengo que ver cómo las
personas que llevan mi sangre, que son mi familia, van uno a uno
dándome la espalda? Por qué se empeñan en verme humillada comiendo
con indigentes en un comedor público? No se dan cuenta que después
de todo lo que he pasado, tengo que hacer un esfuerzo enorme para
mantenerme erguida, para conservar mi autoestima?
Yo
siempre hice maravillas para sacar
de mi menguado sueldo una partecita para caridad, para ayudar a los
demás, no lo hice esperando recompensa, jamás, lo hice de corazón,
porque me nace el dar, es una necesidad de mi alma. Pero aunque nunca
esperé recompensas ni salvación para mi alma, me pregunto, por
haber sido buena de corazón, no me podrán hacer un descuentito en
la pena? Porque ya no puedo más, y la verdad, he empezado a ver
buitres (y no precisamente mi banda de rock preferida) rondando sobre mi cabeza, y una señora huesuda con una
guadaña en su mano me hace guiños y me tienta a seguirla, Soy muy
cobarde para seguir su camino, pero estoy tan cansada y tan sola, que
no se si no me dejaré tentar y me iré a festejar mi cumpleaños número
cincuenta y nueve con ella y los buitres, por lo menos no lo pasaré
sola como seguramente estaré.
jueves, 8 de noviembre de 2012
YO NO PUEDO OBLIGARTE
Yo no puedo obligarte a
sentir si no quieres
este amor tan hermoso que
me nació en el alma
en el mismo momento en que
vine a la vida
un día de noviembre.
Y es que yo nací amándote
aun sin conocerte
no me preguntes cómo lo
se, cosas de bruja
o de un alma que lleva
muchas vidas vividas
sólo para quererte
.
.
Pero te amaré siempre
pues ese es mi destino
una vida tras otra y hasta
el fin del camino
cuando al fin nos
juntemos.
Yo no puedo obligarte a
sentir si no quieres
pero seguiré viva solo
para quererte.
miércoles, 7 de noviembre de 2012
EL AMOR
NADIE ESCOGE SU AMOR
Nadie escoge su amor,
nadie el momento,
ni el sitio, ni la edad,ni la persona:
goce divino que dará en tormento...
PEDRO PRADO (Chile 1886-1952)
Es cierto lo que dice el poeta, nadie
escoge a su amor, por lo que no siempre seremos correspondidos, y para
eso, hay que estar preparados para no morir de tristeza. Porque el amor,
el verdadero amor, es un sentimiento generoso, si no lo es, no es
verdadero.
El amor tiene muchas formas, hay muchas clases de amor.
Está el amor que surge por miedo a la soledad, el amor compañía, que se vuelve hábito, y sin el cual no se puede vivir. El amor amigo, en el cual se comparten gustos, a veces trabajo, diversión, y buen sexo, pero al cual uno se ata porque con el otro la pasa bien y se divierte mucho, y se acostumbra a eso y deja de buscar el verdadero, quizá por comodidad. El amor pasión, ese amor febril, que nos lleva al éxtasis en los momentos de intimidad, pero que una vez que éstos pasan, no deja nada. Todo se vuelve rutina, pesada rutina, o a veces, se matiza con celos y cierta violencia, porque son personas que aman las emociones fuertes. Y habrán muchas más, mi experiencia en estas lides es muy limitada, y como decimos por acá “toco de oído” ya que sinceramente, tengo cincuenta y pico largos ya, y estoy enamorada por primera vez en esta vida.
El amor que he esperado siempre, sin buscarlo, puesto que he tenido una vida demasiado tranquila a pesar de la época que me tocó vivir, acaba de llegarme en forma de imposible. Y este amor, no es de ninguno de los tres tipos que nombré, porque es EL AMOR, ése que nos fue destinado, y que nos acompaña a lo largo de la eternidad, siendo a veces presencia y otras ausencia.
Siempre supe que había nacido en esta vida muy lejos de mí, por eso lo busqué en mis poesías, que es mi forma natural de expresión, y no en la realidad, porque, como ya dije, mi vida ha transcurrido siempre en una calma chicha, y como si esto no bastara, lo sentía lejano. Pero apareció, por una jugarreta de mi destino, que últimamente se ha ensañado exigiéndome pruebas cada vez más duras; muy lejos, tras el océano, vestido con un cuerpo hermoso, una sonrisa tierna, una bondad a prueba de todo, inteligente, culto, amable, tierno, comprensivo, sensible, soñador y poeta, pero como nada podía ser perfecto, enamorado de otra mujer.
Y qué puedo hacer yo, pobre mortal sin experiencia, que viajo a los tropezones por esta vida, aprendiendo a los golpes, cayendo y levantándome porque hay que seguir, siempre seguir, porque la vida es aprendizaje y para eso estamos acá? Tratar de atraerlo, de que me ame? Con qué armas? Con qué métodos? Si una adolescente de esta época sabe mas que yo del amor y de los hombres. Si voy caminando mi vida sin equipajes, porque tampoco me importan los bienes materiales, si soy una hippie fuera de época, que viste jeans y chancletas, que toma mate, que escucha rock, murga, y el tipo de música que seguramente a él le parecerán ruidos inconexos, porque es un amante de los clásicos, y como ésas, tantas otras cosas que nos separarán y que en este momento ni se me ocurren.
No solamente la distancia lo hace imposible, son caminos paralelos, que solamente podrán correr cercanos en cuanto a la amistad, porque creo que ese sentimiento sí nos involucra a los dos. Pero volviendo al principio, el amor, el verdadero amor, es generoso, y este amor, el mío, lo es. Estoy muy consciente de que es imposible, a pesar de que mis amigos, que me quieren y obviamente me ven con los ojos del cariño y me idealizan un poco, creen que soy merecedora de ser correspondida. Pero yo estoy acostumbrada a la renuncia, porque en mi vida he debido renunciar a muchas cosas, entonces, no me parece raro tener que renunciar a vivir mi amor. A pesar de eso, yo amo y por lo tanto me interesa la felicidad del ser que amo, y si su felicidad consiste en estar con otra persona, yo renuncio mil veces a tenerlo por ver la felicidad en su carita de hombre bueno y dulce. A pesar de que mi alma muera un poquito cada día porque sabe que no tiene más esperanza de tener a su amor. Yo sé que esta vida no es la única que hemos vivido, ni será la última que viviremos, hay que tener paciencia y esperar, quién sabe en la próxima haya más suerte
Está el amor que surge por miedo a la soledad, el amor compañía, que se vuelve hábito, y sin el cual no se puede vivir. El amor amigo, en el cual se comparten gustos, a veces trabajo, diversión, y buen sexo, pero al cual uno se ata porque con el otro la pasa bien y se divierte mucho, y se acostumbra a eso y deja de buscar el verdadero, quizá por comodidad. El amor pasión, ese amor febril, que nos lleva al éxtasis en los momentos de intimidad, pero que una vez que éstos pasan, no deja nada. Todo se vuelve rutina, pesada rutina, o a veces, se matiza con celos y cierta violencia, porque son personas que aman las emociones fuertes. Y habrán muchas más, mi experiencia en estas lides es muy limitada, y como decimos por acá “toco de oído” ya que sinceramente, tengo cincuenta y pico largos ya, y estoy enamorada por primera vez en esta vida.
El amor que he esperado siempre, sin buscarlo, puesto que he tenido una vida demasiado tranquila a pesar de la época que me tocó vivir, acaba de llegarme en forma de imposible. Y este amor, no es de ninguno de los tres tipos que nombré, porque es EL AMOR, ése que nos fue destinado, y que nos acompaña a lo largo de la eternidad, siendo a veces presencia y otras ausencia.
Siempre supe que había nacido en esta vida muy lejos de mí, por eso lo busqué en mis poesías, que es mi forma natural de expresión, y no en la realidad, porque, como ya dije, mi vida ha transcurrido siempre en una calma chicha, y como si esto no bastara, lo sentía lejano. Pero apareció, por una jugarreta de mi destino, que últimamente se ha ensañado exigiéndome pruebas cada vez más duras; muy lejos, tras el océano, vestido con un cuerpo hermoso, una sonrisa tierna, una bondad a prueba de todo, inteligente, culto, amable, tierno, comprensivo, sensible, soñador y poeta, pero como nada podía ser perfecto, enamorado de otra mujer.
Y qué puedo hacer yo, pobre mortal sin experiencia, que viajo a los tropezones por esta vida, aprendiendo a los golpes, cayendo y levantándome porque hay que seguir, siempre seguir, porque la vida es aprendizaje y para eso estamos acá? Tratar de atraerlo, de que me ame? Con qué armas? Con qué métodos? Si una adolescente de esta época sabe mas que yo del amor y de los hombres. Si voy caminando mi vida sin equipajes, porque tampoco me importan los bienes materiales, si soy una hippie fuera de época, que viste jeans y chancletas, que toma mate, que escucha rock, murga, y el tipo de música que seguramente a él le parecerán ruidos inconexos, porque es un amante de los clásicos, y como ésas, tantas otras cosas que nos separarán y que en este momento ni se me ocurren.
No solamente la distancia lo hace imposible, son caminos paralelos, que solamente podrán correr cercanos en cuanto a la amistad, porque creo que ese sentimiento sí nos involucra a los dos. Pero volviendo al principio, el amor, el verdadero amor, es generoso, y este amor, el mío, lo es. Estoy muy consciente de que es imposible, a pesar de que mis amigos, que me quieren y obviamente me ven con los ojos del cariño y me idealizan un poco, creen que soy merecedora de ser correspondida. Pero yo estoy acostumbrada a la renuncia, porque en mi vida he debido renunciar a muchas cosas, entonces, no me parece raro tener que renunciar a vivir mi amor. A pesar de eso, yo amo y por lo tanto me interesa la felicidad del ser que amo, y si su felicidad consiste en estar con otra persona, yo renuncio mil veces a tenerlo por ver la felicidad en su carita de hombre bueno y dulce. A pesar de que mi alma muera un poquito cada día porque sabe que no tiene más esperanza de tener a su amor. Yo sé que esta vida no es la única que hemos vivido, ni será la última que viviremos, hay que tener paciencia y esperar, quién sabe en la próxima haya más suerte
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