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Esfera de piedra precolombina.
Monumento Nacional de Costa Rica
Junta fundadora de la Segunda República
La
historia de Costa Rica
abarca el estudio, descripción y análisis de los principales procesos y
eventos históricos de este país centroamericano, desde la ocupación del
actual territorio nacional por cazadores y recolectores hace unos
12.000 años, el surgimiento de las primeras sociedades cacicales
prehispánicas, pasando por el arribo, conquista y colonización por parte
de las europeos, el proceso de configuración como nación independiente,
la formación y consolidación como una de las democracias más antiguas
de América, así como sus periodos de crisis sociales y económicas, hasta
el presente.
Época precolombina
Molar de
Cuvieronius hyodon, hallado en el cantón de
La Cruz,
Guanacaste.
A
la izquierda, punta de flecha tipo "cola de pez", la única en su tipo
hallada en Costa Rica. A la derecha, punta de lanza tipo
clovis.
La presencia de estos tipos de puntas abre la posibilidad la existencia
de dos tipos de cazadores especializados en el territorio costarricense
10.000 a 2.000 años antes de nuestra era.
Objetos en exhibición en el
Museo Nacional de Costa Rica.
La vasija de nardo, 500 - 1350, Costa Rica.
Cerámica de Guanacaste, periodo Policromo Medio (800-1200 de nuestra era).
A la izquierda, vasija nicoyana de jaguar deificado. A la derecha, jarra
bicolor con motivo de mono (1200-1590 de nuestra era), encontrada en el
Valle del Tempisque.
Piezas de oro precolombinas, encontradas en el Valle del General. Museo del Oro, San José de Costa Rica.
Esfera de piedra (periodo Chiriquí 800 - 1500 de nuestra era). Museo Nacional de Costa Rica
La interpretación de la historia antigua de Costa Rica significa el
análisis de muchos milenios y el estudio de su espacio de interacción,
generalmente variable a través del tiempo. El periodo de estudio que
corresponde a la época precolombina de Costa Rica abarca desde la
llegada de los primeros pobladores, alrededor de 12.000 años antes de
Cristo, hasta el contacto de las sociedades autóctonas con los europeos,
en 1502.
Cazadores-recolectores (10 000 - 2000 antes de nuestra era)
La
evidencia más antigua de ocupaciones humanas en Costa Rica se asocia a
la llegada de grupos de cazadores-recolectores alrededor de 10 000 - 7
000 años antes de nuestra era, con antiguas evidencias arqueológicas
(fabricación de herramientas de piedra) localizadas en el Valle de
Turrialba,
en los sitios llamados Guardiria y Florencia-1, donde se han encontrado
áreas de cantera y taller, con presencia de puntas de lanza tipo
clovis (norteamericana) y
cola de pez
(sudamericana), lo cual abre la posibilidad de que en esta zona
convergieran dos tradiciones diferentes de cazadores especializados.
1
Los pobladores de esta época eran bandas nómadas, de unos 20 a 30
miembros. Además de las especies que hoy siguen existiendo, entre sus
presas habituales se hallaban animales de la llamada
megafauna, tales como armadillos y perezosos gigantes,
mastodontes,
etc, los cuales se extinguieron alrededor de 8 000 años antes de
nuestra era, por lo que los primeros pobladores tuvieron que adaptarse a
la caza de especies menores y desarrollaron estrategias más apropiadas a
las nuevas condiciones.
2
Agricultores tempranos (2 000 - 300 antes de nuestra era)
La
agricultura incipiente aparece hacia 5 000 antes de nuestra era,
principalmente dada por tubérculos y raíces. Para el primer y segundo
milenios antes de nuestra era ya existían comunidades agrícolas
sedentarias, pequeñas y dispersas, aunque la transición de la caza y
recolección a la agricultura como principal medio de subsistencia en el
territorio es aún desconocido.
3
Entre 7 000 y 2 000 antes de nuestra era, se dio la manufactura de
instrumentos de piedra, madera y hueso, como raspadores, cuchillo y
puntas de lanza para la caza y el procesamiento de alimentos.
2 La adopción de la agricultura fue un proceso gradual, como una alternativa a la caza y recolección.
3
Hacia 2000-300 antes de nuestra era, ya existían comunidades
agrícolas sedentarias, pequeñas y dispersas, de organización tribal con
relaciones igualitarias entre los individuos y organizada por
parentesco, que contaban con utensilios cerámicos y herramientas de
piedra para labores agrícolas. Aparece el uso más antiguo que se conoce
de la
cerámica, con fragmentos de ollas, vasijas cilíndricas, platones,
tecomates (de predominio en
Guanacaste) y otras formas de vasijas, decoradas con técnicas como incisos o acanaladuras, estampados y modelados.
4
De la sociedad tribal a la sociedad cacical (300 antes de nuestra era a 300 de nuestra era)
Entre 300 antes de nuestra era y 500 de nuestra era, dependiendo de la región, se da el cambio de una organización tribal a una
sociedad cacical,
motivada por factores como el crecimiento poblacional y las relaciones
de intercambio. Se da la construcción de basamentos con cantos rodados,
montículos, hornos, pozos de almacenamiento, y estatuaria. El
maíz
llega a consolidarse como el cultivo principal en algunas regiones,
mientras que en otras se da un sistema mixto, además del uso de recursos
costeros (pesca) y cacería.
5 En este periodo aparece la producción y uso de artefactos de
jade y otras piedras verdes,
metates
ceremoniales, remates de piedra para bastones y cerámicas especiales,
se inicia el uso de objetos de metal (cobre y oro) en especial en el
Valle Central, el Caribe Central y Norte.
6
En este periodo también se registran los objetos de metal más tempranos
(cobre y oro), encontrados sobre todo en el Valle Central en los
primeros siglos de nuestra era.
La
alfarería nicoyana,
en este periodo, se caracteriza por la decoración en zonas, que
consiste en el uso de dos colores alternados, con representaciones
antropomorfas o zooformas tanto realistas como estilizadas.
7
Los llamados
metates trípodes de panel colgante
son una manifestación sobresaliente y única del arte precolombino
costarricense, decorados con elementos animales y humanos, algunos de
ellos representando sacrificios. Su manufactura se inicia en la parte
tardía de este periodo (0-500 de nuestra era) en la región central del
país.
8
Cacicazgos complejos y tardíos (300 a 1500 de nuestra era)
Entre
300 y 800 de nuestra era aparecen los primeros cacicazgos complejos,
con presencia de aldeas grandes y obras de infraestructura (basamentos,
calzadas y montículos funerarios). Se da la jerarquización de
asentamientos, con aldeas principales y poblados secundarios, con
linajes de poder hereditario y especialización de labores, con aparición
de un cacique en la aldea principal y caciques secundarios en aldeas
subordinadas.
9
A partir de 800 de nuestra era y hasta la llegada de los españoles en
el siglo XVI, se presentó un incremento en el tamaño y complejidad del
diseño interno de las aldeas, y las diferencias regionales se
asentuaron. La presencia de numerosos cementerios, simples y complejos,
obras de infraestructura masivas, diversidad de bienes domésticos y
suntuarios, desarrollo de orfebrería, intercambio regional y conflictos
entre cacicazgos por territorios y recursos son elementos
característicos de esta época. La jerarquización social incluye
individuos principales como el cacique y el
chamán (como por ejemplo, el
sukia o awápa, entre los
bribris),
y el pueblo común formado por artesanos y agricultores. Se inicia el
uso del oro como símbolo de rango, en especial en las regiones central y
Gran Chiriquí (frontera con Panamá), aunque también se utilizó en
Guanacaste.
10 En la región del Valle del Díquis, se inicia la fabricación de
esferas de piedra
típicas de la región, en el delta de los ríos Térraba y Sierpe, las
cuales se postula que fueron utilizadas como símbolo de rango y
marcadores territoriales. Otras obras de piedra incluyen figuras de
bulto de formas humanas y animales, metates en forma de
jaguar y estatuas antropomorfas.
11
A partir del desarrollo de las culturas
mesoamericanas,
la parte noroeste del país cayó poco a poco bajo la influencia de
aquellas, mientras que el resto pasó a formar parte, gradualmente, de lo
que se llama
Área Intermedia. Durante el Clásico mesoamericano,
los pueblos nicoyanos dejaron de recibir influencia mesoamericana, pero a
partir del siglo XIII la región nuevamente fue el destino de grupos
nahuas y
chorotegas que provenían del centro y norte de Mesoamérica. Bajo su influencia,
Nicoya
se constituyó nuevamente en parte de la región mesoamericana. Algunos
historiadores han incluido el área conformada actualmente por las zonas
sur y atlántica del país como de influencia sudamericana, debido a la
presencia de grupos que hablan
lenguas chibchas. La actual provincia de Guanacaste se convirtió en la frontera sur de
Mesoamérica con la llegada de los
chorotegas para el periodo comprendido entre los años 900 al 1000 de nuestra era.
12
Los pueblos del Área Intermedia (que comprendía casi todo el territorio
costarricense, la mitad oriental de Nicaragua, Panamá, Colombia y el
Pacífico ecuatoriano), fungieron como un puente entre las culturas
mesoamericanas y las del Área Andina. A través de ellos se hizo posible
el intercambio tecnológico entre ambas zonas, que tuvo como
consecuencia, entre otras cosas, el desarrollo de la
metalurgia en México y América Central.
Por lo general los asentamientos humanos en este territorio no
contaron con la magnificencia en edificaciones e infraestructura de las
poblaciones
aztecas,
mayas o
incas;
sin embargo, sirvió de puente cultural entre el Sur y el Norte del
continente, y la orfebrería y la artesanía policromada en barro,
tuvieron un amplio desarrollo y bellísimos resultados.
13
Descubrimiento y conquista de Costa Rica (1502-1575)
Las sociedades autóctonas en el siglo XVI
A la llegada de los españoles a América, los habitantes originales de
Costa Rica sumarían unas 400 000 personas diseminadas por todo el país,
14
15
16
los cuales se encontraban organizados en cacicazgos, que tenían
divisiones sociales jerárquicas con linajes de carácter hereditario,
generalmente por vía matrilineal, pero que también cambiaban pasando del
poder de un linaje a otro.
14
Los cacicazgos más pequeños agrupaban unas pocas aldeas bajo la
dirección de un cacique, asistido por un concejo de principales. Los más
grandes, llamados "señoríos",
17 se componían de un conjunto de diversos cacicazgos reunidos bajo la dirección de un
cacique
principal, cuya lealtad se garantizaba mediante relaciones de
parentesco, establecimiento de pactos políticos y enlaces matrimoniales.
14
Las sociedades cacicales se encontraban divididas en "
principales", formados por las familias que detentaban el poder, y "
comunes", constituidos por artesanos y agricultores. De importancia también eran los
chamanes, los líderes religiosos y médicos de las poblaciones.
18
La nobleza aborigen se atribuía facultades mágicas y religiosas con el
fin de fortalecer su autoridad, y por eso tenía acceso al oro y a los
esclavos, y cumplía funciones asociadas con la guerra, el comercio y los
tratos con los dioses.
Mapa de las sociedades autóctonas costarricenses del siglo XVI a la llegada de los españoles (1502).
Las diferencias entre los grupos étnicos eran visibles en áreas como
la arquitectura, el paisaje lingüístico y la cosmovisión, generalmente
de tipo
animista.
Las actividades religiosas se llevaban a cabo en templos, similares a
las viviendas, pero más grandes. En dichos lugares sagrados se guardaban
los enseres y utensilios rituales - instrumentos musicales, máscaras,
esteras - y era donde los sacerdotes realizaban sus ceremonias y se
llevaba a cabo el culto a iconos, generalmente hechos de oro.
19 Los cultivos se realizaban utilizando el sistema de
roza de tala y quema de parte del bosque, donde las cenizas garantizaban la fertilidad del suelo.
18 Se cultivaba
maíz,
frijoles,
curcubitáceas,
mandioca, frutales y
cacao.
Los cacicazgos pueden ser agrupados de acuerdo a su posición
geográfica. En la región del Pacífico Norte, el señorío más importante
fue el de
Reino de Nicoya, que también dominaba otros cacicazgos menores existentes en la zona: Nicopasaya,
Nandayure, Cangel, Paro, Churuteca,
Zapandí,
Corobicí,
Abangares,
Orotiña y
Chomes20
21 Nicoya se distinguía por practicar el sacrificio humano y la antropofagia ritual.
22
En el interior del
Valle Central, existían dos importantes señoríos que conglomeraban la mayoría de los cacicazgos menores de ese territorio. El Señorío de
Garabito o
Reino Huetar de Occidente unificaba los pueblos del Pacífico central hasta el
río Virilla, y se extendía desde Esparza hasta el
río San Juan,
23 incluyendo los territorios de los
botos (entre los ríos
San Carlos y
Sarapiquí),
katapas y
tises, que eran sus tributarios.
24
El otro gran señorío del Valle Central era el
Reino Huetar de Oriente, bajo el dominio de
El Guarco,
que dominaba el valle del mismo nombre hasta la región del Caribe
central. Entre las poblaciones bajo el gobierno de El Guarco se
encontraban
Cot,
Corrocí,
Tucurrique,
Turrialba,
Ujarrás,
Tayutic y
Atirro,
y sus límites se extenderían hasta Suerre, Pococí y Chirripó, muy cerca
de Talamanca. Otros cacicazgos menores bajo el dominio del Señor del
Guarco eran
Aserrí y
Curridabat.
25
En el Caribe central y sur se localizaban los cacicazgos de
Suerre,
Pococí,
Tariaca y
Talamanca. Suerre y Pococí pertenecían al Guarco, mientras que Tariaca dominaba los pueblos de
Minon,
Turecaca,
Duqueiba,
Abaçara y
Citará. Esta zona estaba poblada por los
cabécares, los
auyaques y
urinamas, y los
térrabas.
26
Los
siguas
(de etnia mesoamericana) ocupaban un sitio de la costa llamado el Valle
del Duy o Coaza, entre los ríos Sixaola y Changuinola, y eran una
colonia comercial marítima proveniente de Yucatán. Los changuinola
ocupaban los ríos Puan y Changuinola, y los
doraces vivían en la bahía del Almirante (actual Panamá). Los
guaymíes se asentaban en la
cordillera de Talamanca y la región de Chiriquí, hasta el Pacífico. De todos estos grupos provienen las tradiciones de los cabécares, térrabas y
bribris. En la región del Pacífico Sur, se encontraban los
quepoa, los
turucaca, los
cotos y los
brunca (o boruca).
27
Arribo de Cristóbal Colón (1502)
Cuarto viaje de Cristóbal Colón.
La
Isla Uvita,
frente a las costas de Limón, a dónde arribó Colón el 25 de septiembre
de 1502, marca el sitio del descubrimiento de Costa Rica por el
Almirante genovés.
...yo vide en esta tierra de Veragua mayor señal de oro en dos días primeros que en La Española en cuatro años...
Cristóbal Colón (Carta de Jamaica).
28
Cristóbal Colón arribó al actual territorio de Costa Rica el 25 de septiembre de 1502,
29 en su cuarto viaje.
30 La llamó "
Veragua" en su "
Carta de Jamaica",
30
y dado que logró recoger algunos pocos objetos de oro que obtuvo de los
indígenas, le sirvió para difundir la idea de que esa región era una "
costa rica",
31
lo que impulsó a los aventureros a emprender otras exploraciones y
sirvió de polo de atracción para los colonizadores por la existencia de
esta supuesta riqueza aurífera.
Tras un penoso viaje por el litoral centroamericano, que incluso
significó la pérdida de una de sus naves, Colón arribó a una isleta
llamada
Quiribrí, que éln llamó
La Huerta, por ser muy frondosa, y luego, a un pueblo de tierra firme llamado
Cariay (o
Cariarí), que son hoy, respectivamente, la
Isla Uvita y el Puerto de
Limón.
32 Colón no se adentró en el territorio, sino que continuó hacia Panamá, pues su objetivo era encontrar el llamado "
estrecho dudoso", un supuesto estrecho marítimo que garantizaría el acceso hacia el
Océano Índico para alcanzar así el
Lejano Oriente.
Primera fase de la Conquista (1502-1560)
La
primera fase de la Conquista de Costa Rica se enmarca en las
exploraciones iniciales de los españoles en el Atlántico costarricense,
desde el arribo de
Cristóbal Colón en 1502, pasando por la fracasada expedición de
Diego de Nicuesa, hasta que el descubrimiento del
Océano Pacífico por parte de
Vasco Núñez de Balboa motivaría las posteriores expediciones de
Juan de Castañeda y sobre todo, de
Gil González Dávila, en el litoral pacífico, que permitirían la fundación de la
efímera primera ciudad en suelo costarricense, lo cual sería vital para la exitosa conquista de
Nicoya, seguida luego de las fallidas expediciones de
Hernán Sánchez de Badajoz y de
Diego Gutiérrez y Toledo
entre 1540 y 1544, nuevamente en el litoral atlántico. Durante esta
fase y en general, las expediciones que fueron organizadas desde la
ciudad de
Granada (Nicaragua) y
Nombre de Dios (Panamá) ingresaron al país por la costa caribeña, mientras que las venidas de la ciudad de
Panamá recorrieron el litoral pacífico hasta
Nicoya y Nicaragua.
Exploraciones en el Caribe (1510-1544)
Mapa de las diferentes entidades territoriales que existían en Costa
Rica y el resto de Centroamérica en el siglo XVI antes de la llegada de
los españoles.
Luego de que
Américo Vespucio
estableciera el descubrimiento intelectual de América (de que las
tierras a las que había llegado Colón no correspondían a Asia, como se
creía), la política española en las Indias estableció un nuevo rumbo. La
Junta de Navegantes de Burgos creó en
1508 en la Tierra Firme las gobernaciones de
Veragua (litoral de Nicaragua, Costa Rica y parte de Panamá, desde punta Caxinas hasta cabo Mármol) y
Urabá (corresponde actualmente a Panamá y la costa caribeña colombiana), dando la primera de estas a
Diego de Nicuesa.
33 En
1510,
Diego de Nicuesa realizó una exploración del territorio que finalmente
terminó en desastre, tras lo cual la región quedó envuelta dentro de los
pleitos colombinos.
34
En
1529 fue organizada en
Granada (Nicaragua) la primera expedición española que ingresó en el territorio de lo que es hoy día la región del Caribe norte costarricense.
Martín de Estete
partió desde esa ciudad siguiendo antiguas rutas prehispánicas hasta
llegar a las llanuras del norte de Costa Rica, en el Cacicazgo de
Suerre. Otra expedición fue la de
Alonso Calero, en
1539, la cual sentó las bases de la "ruta del San Juan", que comunicó Granada con el Mar Caribe a través de este
río, y recorrió las llanuras de los ríos San Carlos y Sarapiquí.
31
En
1534 Felipe Gutiérrez obtuvo permiso para conquistar la
Gobernación de Veragua,
expedición que fracasó por la tenaz resistencia indígena y la ausencia
de víveres que provocó la muerte de la mayor parte de sus hombres. En
1540,
Hernán Sánchez de Badajoz se convirtió en adelantado y mariscal de Costa Rica tras un contrato que firmó con el recién nombrado presidente de la
Audiencia de Panamá,
Francisco Pérez de Robles. Sánchez de Badajoz salió de la ciudad de
Nombre de Dios (fundada por Diego de Nicuesa en Panamá en 1510), e ingresando por el
río Sixaola, fundó la ciudad de
Badajoz (igual a la
ciudad española del mismo nombre)
en Talamanca y el puerto de San Marcos. Sánchez de Badajoz tuvo que
enfrentarse a una numerosa tropa enviada por el Gobernador de Nicaragua
(que no toleró la presencia de estos españoles venidos de Panamá en el
territorio), la cual, procedente de Granada vía el río San Juan y
siguiendo el litoral caribeño costarricense, obligó a la rendición y
sumisión a los expedicionarios. La ciudad-campamento de Badajoz fue
finalmente abandonada por la escasez de alimentos y una sublevación de
los indígenas.
35
El Ducado de Veragua y la creación de Nueva Cartago y Costa Rica (1540)
En
1540, un territorio de veinticinco
leguas cuadradas al oeste y sur del
río Belén se denominó
Ducado de Veragua, y fue asignados a los herederos de Cristóbal Colón. En 1546, don
Luis Colón, Duque de Veragua, y su hermano
Francisco,
nietos de Colón, organizaron en España una expedición de ciento treinta
hombres. Su intención era someter a las poblaciones de Veragua y tomar
posesión del Ducado. Al final, don Luis no viajó, pero don Francisco
terminó sus días en dicho territorio, al ser sorprendido y muerto en el
curso de un exitoso ataque lanzado por los indígenas al campamento
español. La expedición terminó en desastre y solo sobrevivieron entre
quince y veinte españoles.
36 A causa de la creación del Ducado de Veragua, el territorio hasta entonces perteneciente a
Castilla de Oro quedó dividido en dos secciones sin continuidad terrestre, por lo cual la parte occidental (desde el
golfo de Nicoya hasta la frontera del Ducado) fue segregada de Castilla del Oro en 1540 y unida al territorio de la
Veragua real para crear la
Provincia de Nueva Cartago y Costa Rica.
La expedición de Diego Gutiérrez (1540-1544)
En
1540, el
rey de España nombró a
Diego Gutiérrez y Toledo gobernador de la recién creada
Gobernación de Nueva Cartago y Costa Rica, cuyo límite sur se situaba a partir de donde terminaba el
Ducado de Veragua y su límite norte en el
río Aguán (actual
Honduras), con excepción de los territorios encomendados a otros gobernadores.
37
Diego Gutiérrez y Toledo, llegó a Granada procedente de España y enfrentó la oposición del Gobernador de Nicaragua
Rodrigo Contreras,
pese a lo cual organizó su expedición. Navegó el Lago de Nicaragua y el
río San Juan hasta la desembocadura, luego recorrió el litoral caribeño
hasta penetrar en territorio costarricense por el río
Suerre (hoy
río Parismina). Allí fundó las poblaciones de
Villa Santiago y San Francisco en el territorio de
Cartago. Avanzó luego río arriba hasta dar con una gran ranchería, en donde apresó luego a los caciques
Camaquire y
Cocorí con el propósito de que le suministraran alimentos
38 (a pesar de que fue bien recibido por los aborígenes),
30
por lo que los indígenas se rebelaron, quemaron sus propios pueblos,
cortaron los árboles frutales y se internaron en las montañas,
llevándose las cosechas, para quitar todo medio de subsistencia a los
españoles. Gutiérrez decidió perseguirles y logró internarse en las
llanuras de Santa Clara para salir a la
Cordillera Central, en las faldas orientales del
Volcán Turrialba, donde fue emboscado y murió (1544), supuestamente, en
Tayutic o
Teotique, en el Valle de Tayut, entre los pueblos de
Tuis y
Chirripó. Tras su muerte, no hubo más expediciones españolas a partir de la costa caribeña.
39
Razones del fracaso español en el Caribe costarricense.
En general, se suele razonar que las expediciones españolas en el Caribe costarricense terminaron en fracaso,
40
por el alto costo en barcos, armas, provisiones y hombres que
significaron para los pobres réditos obtenidos. Tres fueron los factores
que provocaron este escaso éxito:
- el duro medio geográfico de la costa caribeña, influenciado por un clima lluvioso adverso;
- el escaso apoyo logístico por parte de las ciudades de Granada y
Nombre de Dios (de dónde salían las expediciones) que imposibilitaba un
adecuado abastecimiento de los exploradores, lo que les forzó,
aguijoneados por el hambre, a saquear el territorio indígena;
- a consecuencia de lo anterior, la población indígena ofreció una
alta resistencia militar que impidió su reclutamiento por parte de los
conquistadores.
La conquista de Nicoya y el Pacífico norte (1519-1560)
En la costa del Pacífico, las expediciones de conquista española se iniciaron luego de la fundación de la ciudad de
Panamá (
1519),
y en general, tuvieron mejores resultados que su contraparte caribeña,
pues inclusive algunos jefes indígenas prestaron su colaboración a los
españoles para su desplazamiento por este territorio costero. Así, el
primer contacto entre españoles e indígenas en la zona litoral del
Pacífico transcurrió sin mayores incidencias. A pesar de esto, durante
el resto de la primera mitad del siglo XVI, los españoles centraron su
interés en la conquista de Nicaragua y obviaron el territorio de Costa
Rica, salvo la
península de Nicoya.
41
A las expediciones iniciales de Diego de Nicuesa y
Alonso de Ojeda sobre el litoral atlántico, siguió la de
Vasco Nuñez de Balboa, quien descubrió el
Océano Pacífico en el
25 de septiembre de
1513 luego de atravesar el
Istmo de Panamá,
42
hecho importante para la conformación del territorio costarricense,
pues ésta dependerá de la integración de la vertiente atlántica
(descubierta por Colón y explorada por Diego de Nicuesa) con la
vertiente del llamado
Mar del Sur.
43
En
1519, una expedición organizada por
Gaspar de Espinosa y pilotada por
Juan de Castañeda descubrió la
Punta Burica, el
Golfo Dulce y la entrada del
Golfo de Nicoya (al que llamaron "
estrecho dudoso", pues se creía que comunicaba el Mar del Norte con el Mar del Sur), es decir, la mayoría del litoral pacífico costarricense.
44
En
1522,
Gil González Dávila,
al mando de más de cien hombres, recorrió el litoral pacífico
costarricense por sus tres sectores: la banda oriental, la insular y la
peninsular, desde la punta Burica hasta la península de Nicoya. La de
González Dávila fue la primera expedición por tierra donde los
conquistadores españoles tuvieron contacto directo con los indígenas que
habitaban la costa del Pacífico, quienes entregaron parte de su tesoro y
permitieron el bautizo de algunos miembros.
45 Tras esto, la expedición se adentró en la
Provincia de Chorotega, donde recorrieron varios cacicazgos que les tributaron oro, hasta que finalmente llegaron al
Reino de Nicoya
donde, constatando el poder del cacique de esta población sobre el
resto, permaneció allí diez días, para luego recorrer los cacicazgos de
Zapandí, Corobicí, Diriá, Namiapí, Orosí y Papagayo, y logró llegar
hasta
Quehuacapolca, donde fue obsequiado ricamente por el cacique
Nicarao, descubriendo, de paso, el
lago Ayagualo o Cocibolca, al que bautizaron como
Mar Dulce.
46
Fundación de Villa de Bruselas (1524)
Las riquezas encontradas por González Dávila hicieron que el gobernador de
Castilla del Oro,
Pedrarias Dávila, enviara una misión al mando de
Francisco Hernández de Córdoba, quien bordeando el litoral pacífico desembarcó en el
río Grande de Tárcoles y logró fundar
Villa de Bruselas en
1524, cerca de la actual
ciudad de Puntarenas, siendo esta la primera población colonial en territorio costarricense,
47
cuya importancia radicó en ser la sede española que permitiese
controlar la región de Nicoya. En efecto, después de 1524, Nicoya surgió
como entidad política, administrativa y jurídica supeditada a la ciudad
de Villa de Bruselas, configurando la región de la península de Nicoya,
las islas y la banda costera del golfo como un espacio socieconómico,
institucionalizándose la
encomienda sobre los
chorotegas de Nicoya y la
isla de Chira, y los
huetares occidentales del litoral oriental. Villa Bruselas funcionó hasta su despoblación por orden de
Pedrarias Dávila en
1527 una vez consolidada la
Provincia de Nicaragua, que pasó a controlar Nicoya hasta
1554,
48 cuando se creó el llamado
Corregimiento de la provincia de Nicoya, puertos de Chira y Paro.
49
Tras la emisión de las
Leyes Nuevas en 1542 por parte de la Corona Española y la creación de la
Audiencia de Guatemala en
1545, la Corona prohibió en
1549 la realización de nuevas conquistas en sus tierras de ultramar, prohibición que se mantuvo hasta 1556.
50
Segunda fase de la conquista (1560-1573)
Para el año
1556,
la Corona española autorizó nuevamente la realización de campañas de
conquista en América. Para ese momento, se habían fundado las
principales ciudades hispánicas en Guatemala, Nicaragua y Panamá, y el
dominio español se había implantado en México y gran parte de
Sudamérica. El territorio costarricense no obstante, a excepción de
Nicoya, se encontraba en su mayor parte ajeno a la conquista española.
La mayoría de los líderes expedicionarios en esta fase provenían de la América Septentrional ( León, Granada, San Salvador,
Guatemala,
Mérida,
Antequera,
Ciudad Real o
México). Algunos como
Juan de Cavallón,
Juan de Estrada Rávago y Añez,
Juan Vázquez de Coronado,
Alonso Anguciana de Gamboa y
Perafán de Rivera,
descendían de poderosas familias o habían desempeñado cargos
importantes en estas ciudades. La conquista de Costa Rica fue una
continuación de la conquista y ocupación de Mesoamérica.
Las expediciones de Juan de Cavallón y Juan Estrada Rávago (1560-1562)
En
1560, una primera expedición de
Juan de Estrada Rávago y Añez navegó la ruta del Lago de Nicaragua y el río San Juan para recorrer el litoral costarricense hasta Panamá, donde fundó, en
Bocas del Toro, la ciudad de
Castillo de Austria, que finalmente tuvo un destino parecido a otros intentos de fundación realizados años antes.
51
En enero de
1561,
Juan de Cavallón salió de Granada (Nicaragua) por tierra, rumbo a Nicoya, recorrió la provincia de Guanacaste, hasta
Chomes,
donde dejó una columna que en lo sucesivo sería la vanguardia española
para el ingreso de tropas al país, y estableció un campamento llamado "
Real de la Ceniza"
en la confluencia de los ríos Machuca y Jesús María. Una primera
columna de soldados españoles se adentró en el territorio de las
llanuras de San Mateo, en el llamado "
Valle de Garabito",
donde por primera vez encontraron resistencia por parte de los huetares
súbditos de este cacique, por lo que tuvieron que replegarse. Otra
columna entró en
Orotina, donde fue capturado el cacique
Coyoche. Posteriormente, Cavallón, siguiendo el
río Grande de Tárcoles, entró en el
Valle Central, donde, en marzo de ese año, fundó
Castillo de Garcimuñoz (llamada así en honor a su ciudad natal), la primera población del Valle Central.
52
A Juan de Cavallón se le considera como el primer conquistador de Costa Rica,
47
dado que fue el primero en traer cultivos europeos y ganado vacuno,
porcino y caballar, si bien no pudo ejercer un control absoluto de la
población indígena y se vio envuelto en una lucha contra el cacique
Garabito, rey de los
huetares, para poder adquirir víveres.
53 El reino de Garabito se extendía desde el
río Virilla hasta las costas del Pacífico (
Jacó y
Tilarán) y desde la cordillera Volcánica Central hasta el
río San Juan, y su influencia en el país era enorme, aún entre sus enemigos los
chorotegas,
que controlaban Guanacaste. Garabito, símbolo de la resistencia huetar,
no se enfrentó abiertamente a los españoles, sino que usó tácticas de
guerrilla, con emboscadas e incursiones rápidas en los campamentos y las poblaciones españolas.
54
Cavallón abandonó Costa Rica poco después, dejando Garcimuñoz al mando
de Juan Estrada Rávago (que había ingresado posteriormente por el lado
del Pacífico), el cual gobernó la provincia por diez meses mientras se
nombraba un nuevo gobernador.
55
Primera expedición de Juan Vázquez de Coronado (1562)
En
1562,
Juan Vázquez de Coronado,
alcalde mayor de Nicaragua, recorrió los cuatro costados del territorio
costarricense y participó en dos expediciones, la primera, penetrando
en Guanacaste desde Nicaragua, hasta Garcimuñoz, luego
Quepos y
Coto, en el Pacífico Central. Terminó siendo alcalde mayor de Costa Rica y Nueva Cartago ese año.
56
El
18 de agosto de
1562, Vázquez de Coronado partió de
León, llegando a Nicoya el
6 de septiembre, donde sostuvo una reunión con los caciques de los
bagaces,
cotanes y zapandíes, sujetos a la autoridad del Corregidor de Nicoya,
para asegurarse provisiones para el ingreso al Valle Central. Desembarcó
luego en la desembocadura del río
Tivives,
desde donde se dirigió a la villa de Los Reyes, un campamento dejado
por Cavallón, para luego marchar por tierra hasta Garcimuñoz. Su primera
tarea una vez allí fue intentar sofocar la rebelión del cacique
Garabito (señor de los huetares occidentales, refugiado en el Cacicazgo de los
Botos),
pero no pudo dar con su paradero. Tras esto, convocó a los otros
caciques del valle, de los cuales el primero en presentarse fue
Accerrí, cacique de
Aserrí, vasallo del
Señor del Guarco, de los
huetares orientales, quien fue bien recibido por Vázquez de Coronado. Aliándose con Accerrí y con los caciques de
Yurustí y
Turrubara, marchó sobre los
quepoa y
turucacas, enemigos de aquellos, pero al llegar a
Quepos
fue bien recibido por su cacique, quien le obsequió objetos de oro. En
Quepos, los españoles quedaron impresionados por la riqueza agrícola de
la zona, por lo que se instalaron y se lanzaron a la exploración del
Pacífico sur del país. Allí enfrentaron la oposición de los
cotos,
que finalmente acabó en una tregua. En todas estas empresas, Vázquez de
Coronado prohibió a sus hombres el saqueo de los poblados indígenas, lo
que le valió el apoyo de los jefes aborígenes. Tras esto, Vázquez de
Coronado regresó a Garcimuñoz.
57
Mientras organizaba una segunda expedición, tuvo que enfrentar una rebelión de los huetares del
Valle del Guarco, pero mientras iba al encuentro de los rebeldes, se concertó una reunión con el cacique
Quitao, enviado por
Correque (heredero del
Señor del Guarco)
para celebrar la paz. Diversos jefes indígenas se presentaron en
Garcimuñoz (entre ellos, los caciques de Atirro, Turrialba, Orosi,
Puririsí, Quircó, Abux y el mismo Correque, Señor del Guarco), con el
cacique Quitao a la cabeza, quien manifestó encontrarse harto de huir
por los montes,
58
tras lo cual los jefes indígenas decidieron someterse al dominio
español. Fue de esta manera que Vázquez de Coronado logró tomar posesión
del reino oriental de los huetares (el Valle del Guarco), aunque aún
tuvo que enfrentar a los rebeldes huetares occidentales bajo la
dirección del
rey Garabito, y del príncipe
Quizarco, hermano de
Coquiba, cacique de
Pacacua.
59
Fundación de Cartago (1563) y segunda expedición de Vázquez de Coronado (1564-1565)
"Tracé una ciudad en el valle, en un asiento junto a dos ríos.
Tiene el valle tres leguas y media en largo y legua y media en ancho;
tiene muchas tierras para trigo y maíz; tiene el temple de Valladolid,
buen suelo y cielo. Nombré a esta ciudad Cartago, por llamarse esta
provincia deste nombre."
Juan Vázquez de Coronado (1563).
60
Tras la sumisión de los huetares orientales, el centro de dominio español se trasladó al
Valle del Guarco, de mejor clima y gran belleza natural.
59 Allí, Vázquez de Coronado decidió fundar una ciudad entre los ríos Coris y Purires, a la cual llamó
Cartago, la cual poco después trasladó a otro sitio del valle ya que su primer asentamiento era una zona de frecuentes inundaciones.
Afianzado en Cartago, Vázquez de Coronado envió una segunda
expedición al Pacífico Sur (que enfrentó una nueva resistencia de los
cotos), para luego regresar a Nicaragua, de donde volvió con más hombres
y provisiones, con los que partió desde Cartago hacia la
Cordillera de Talamanca, en busca de la reputada
Provincia de Ara, en la cuenca del
río Tarire,
famosa por ser la más rica en yacimientos auríferos del país. Una vez
en Ara, en la región del Caribe, pactó con los indígenas locales para
que no le atacaran, luego de lo cual regresó siguiendo la ruta del
río Reventazón,
hasta Cartago, donde enfrentó una nueva rebelión indígena, tras lo cual
decidió que necesitaba el apoyo de la Corona y viajó entonces a España,
donde obtuvo el título de gobernador,
adelantado, capitán general y alguacil mayor de la Provincia de Costa Rica, cosa que no disfrutó al morir en el naufragio de su nave en
1565 en la barra de
Guadalquivir, a la salida de
San Lúcar de Barrameda,
Océano Atlántico.
61
A Vázquez de Coronado se le conoce como el verdadero conquistador de
Costa Rica por el papel pacificador que desempeñó al lado de los
indígenas, ganándose su confianza y adhesión, empleando el diálogo en
lugar de la violencia y entablando amistad entre españoles y aborígenes,
además de que fue el que tuvo un mayor conocimiento del territorio
costarricense.
62 Con su ausencia, los soldados españoles iniciaron la represión de los indígenas,
63
56 que se alzaron bajo el mando del cacique
Turichiquí de
Ujarrás,
63 y sitiaron Cartago en
1566.
64
Perafán de Rivera y el reparto de encomiendas (1565-1573)
Con
la trágica muerte de Vázquez de Coronado, muchos españoles optaron por
abandonar el territorio costarricense, por lo que se nombró a un nuevo
gobernador en
1566,
Perafán de Rivera, cargo que asumió hasta
1568.
65
Una de sus primeras decisiones fue la de fundar un asentamiento en la
costa oriental del golfo de Nicoya, al que llamó Aranjuez, y un puerto,
La Ribera, cerca de la desembocadura del río Barranca, con el propósito
de controlar a los huetares occidentales de ese litoral que aún eran
leales al indómito Garabito. Perafán de Rivera también introdujo el
primer hato de ganado vacuno (traído desde Honduras) que dio origen a la
producción ganadera del país en el siglo XVI.
66 En
1569, Perafán de Rivera sometió a
encomienda
a los indígenas y repartió la tierra entre los colonos españoles de
Cartago y Aranjuez, iniciando de este modo el periodo colonial.
67
El reparto hecho por Perafán de Rivera fue, de hecho, ilegal según las
Leyes Nuevas
promulgadas en 1542 (no podían entregarse encomiendas a particulares,
sino solo a la Corona en la forma de su Tesorería Real, y ésta era la
encargada de distribuir los tributos a cada poblador),
66
sin embargo, fue la única forma de resolver el problema de la
inestabilidad de los colonos, que entraban y salían del país con cada
nuevo conquistador,
68
lo que finalmente abrió el camino para el desarrollo de la colonización
española en el Valle Central. Sin embargo, al ser la expedición de
Perafán la más reciente en ingresar al país, le fue otorgada la tierra
que pertenecía aún a indígenas sin someter, por lo que su hueste se vio
obligada a partir rumbo al
Valle de la Estrella
en busca de un nuevo territorio para fundar nuevas poblaciones. La
expedición al Valle de la Estrella fue un fracaso por la gran oposición
indígena (de todos los conquistadores, solo Vázquez de Coronado había
logrado evitar ser atacado por los naturales de la costa atlántica), por
lo que decidió atravesar la Cordillera de Talamanca y buscar la costa
del Pacífico, adentrándose en el territorio de los
buricas, donde fundó la ciudad de
Nombre de Jesús a orillas del
río Grande de Térraba.
Esta fundación fue efímera debido a la larga peregrinación por selvas
vírgenes, la lucha incesante contra el hambre, los obstáculos de una
naturaleza terrible y la tenaz resistencia de los indígenas, además de
que no existía voluntad de la Corona ni de los conquistadores para
sufragar los requerimientos mínimos de una tercera ciudad. Tras la
muerte de su esposa e hijo, más trece soldados, en Nombre de Jesús,
Perafán de Rivera regresó a Cartago en
1572, y ese mismo año, trasladó la ciudad al sitio de Mata Redonda, en el oeste del actual
San José. Nombre de Jesús fue abandonada y, finalmente, Perafán se fue del país en
1573.
69
Balance de la conquista en la década de 1570
Para mediados de la década de
1570,
los españoles habían logrado, por un lado, la colonización efectiva del
Valle Central al repartir a los indígenas del Valle del Guarco en
buenas encomiendas (aunque la misma ciudad de Cartago no era más que un
campamento con cuarenta soldados),
70
y por el otro, la fundación de un poblado más o menos permanente en
Aranjuez, cerca del actual puerto de Caldera. Nicoya, no obstante,
estaba en su poder desde 1520, durante la primera etapa de la conquista.
71
Al final del periodo de la conquista, por otro lado, en el sur y en
las llanuras del norte del país, los pobladores autóctonos lograron
evitar la dominación española y conservar su modo de vida apegado a sus
tradiciones y creencias, por lo que tales zonas se constituyeron en
zonas de refugio y resistencia para los indígenas que lograron
sustraerse al dominio hispano.
72
La sociedad colonial (1575-1821)
El gobierno colonial
La llegada del gobernador interino
Alonso Anguciana de Gamboa
en 1573 marca el inicio de una serie de cambios que permitieron la
transición de la conquista hacia la colonización del territorio
costarricense. Al reparto de encomienda hecho por
Perafán de Rivera, se sumó la sumisión de
Garabito,
lo que permitió a los españoles controlar el vasto territorio que
abarcaba su reino. Las ciudades más importantes de la época,
Cartago y Espíritu Santo, luego llamada
Esparza por el gobernador
Diego de Artieda Chirino y Uclés,
fueron reasentadas en los lugares que ocupan en la actualidad. Nuevos
colonos (familias de campesinos labradores) se empezaron a asentar en
los alrededores de Cartago, la capital colonial. Por último, se
consolidó el sistema de comercio español teniendo su principal puerto en
la ciudad de
Panamá,
lo que permitió a los colonos realizar intercambios mediante el puerto
de Caldera. Los encomenderos se constituyeron en el grupo social
dominante gracias al monopolio de las producciones indígenas por medio
del tributo.
73
El
cabildo,
especie de concejo municipal, fue la primera unidad de administración
local implantada por los españoles en los lugares donde se asentaban, y
sirvió como una especie de autoridad general para totalidad del
territorio recién ocupado mientras el rey no nombrara funcionarios.
74
Los primeros gobernadores debieron sus posiciones a su participación
en la conquista, y tenían poderes prácticamente ilimitados sobre los
territorios a su cargo, mientras la
Corona Española
no lograse tener control efectivo sobre ellos. Esto se logró a través
del nombramiento de funcionarios reales, restándole poder a los primeros
gobernadores y a los cabildos, y consolidando el dominio real sobre los
nuevos territorios.
75
En la ciudad de Cartago, se asentó el gobernador, la máxima autoridad española en tiempos de la colonia. Tras
Juan Vásquez de Coronado,
los siguientes gobernadores eran nombrados por el rey, que podía
removerlos a voluntad. El gobernador poseía autoridad política y
judicial sobre el territorio, que en esa época consistía en la llamada
Gobernación de Costa Rica (también llamada Provincia de Costa Rica), creada a partir de la
Gobernación de Nuevo Cartago y Costa Rica (conocida también como Provincia de Cartago, creada en 1540 con los territorios de la
Veragua Real), que se extendía entre el
río Tempisque en el Pacífico seco y el
río San Juan en la zona del Caribe norte, hasta la isla del Escudo de Veragua en
Bocas del Toro por el lado del Caribe, y hasta el
río Chiriquí
en el Pacífico. A pesar de esto, el dominio de los asentamientos
españoles de Cartago y Esparza era muy reducido: se circunscribía
principalmente al Valle Central y el Pacífico seco.
76
La Gobernación de Costa Rica formó parte de una división administrativa mayor: la
Audiencia de Guatemala (Reino de Guatemala), cuya capital era
Santiago de Guatemala, que comprendía los territorios de
Chiapas,
Guatemala,
El Salvador,
Honduras,
Nicaragua,
Nicoya y
Costa Rica. El Reino de Guatemala estaba integrado, a su vez, al
Virreinato de la Nueva España,
aunque la Audiencia tenía el estatuto de Audiencia Mayor, lo que la
hacía prácticamente independiente del reino mexicano, lo que hacía que
la audiencia respondiese directamente ante el rey y el
Consejo de Indias, por lo que también se le llamaba
Capitanía General de Guatemala.
77
Durante cerca de trescientos años, se administró la región como parte
de la Capitanía General de Guatemala, bajo un gobernador militar. Con
optimismo, se había llamado a la zona "Costa Rica" ya que habían
encontrado yacimientos de oro y otros minerales de valor en el
territorio, sin embargo, viendo que los lugares no eran tan ricos como
se pensaba, en comparación a las otras provincias, dicho territorio se
dedicó exclusivamente a la agricultura.
Los pequeños terratenientes, muchos de estos criollos católicos y
criptojudíos
relativamente pobres, la falta de mano de obra indígena, la
homogeneidad étnica de la población, aunado al aislamiento que tenía con
relación al movimiento de la América Septentrional y los Andes,
contribuyeron en gran manera en el desarrollo de una sociedad más
igualitaria que sus congéneres igualitaria. A finales del
Siglo XVIII,
debido al desarrollo agrícola, las autoridades de la Capitanía pusieron
atención a la zona, y comenzaron el cultivo del tabaco, el cual se
convirtió en un importante producto de exportación. Las exportaciones de
tabaco favorecieron la creación de una sociedad más próspera. Durante
este tiempo también fue marcado el cultivo del café que se volvió
entonces un importante producto de exportación.
Independencia
En la ciudad de Cartago a los veintinueve días del mes de octubre
de mil ochocientos veintiuno, con premisas de las plausibles noticias de
haberse jurado la independencia en la capital de México y en la
Provincia de Nicaragua, juntos en cabildo extraordinario y abierto el
Muy Noble y Leal Ayuntamiento de esta ciudad, los señores Vicario y cura
Rector, el Ministro de Hacienda Pública, innumerables personas de
distinción y pueblo, se leyeron los oficios y bando de señor Jefe
Político Superior, don Miguel González Saravia de 11 y 18 de corriente
en que conforme al voto de los partidos de Nicaragua se juró en León el
día once del mismo la independencia absoluta del gobierno español y bajo
el plan que adopte el imperio mexicano. Habiéndose leído también un
manifiesto de Guatemala sobre el verdadero aspecto de su independencia,
por unánime voto de todos los circunstantes, se acordó: 1° Que se
publique, proclame y jure solemnemente el jueves 1° de noviembre la
independencia absoluta del Gobierno español...
Fragmento del Acta de Independencia de Costa Rica. 29 de octubre de 1821.
Costa Rica se independizó del
Imperio español el 15 de septiembre de 1821, junto a las demás provincias de la antigua
Capitanía General de Guatemala.
La independencia, decidida en Guatemala, había pasado inadvertida para
los costarricenses, que se enteraron por sorpresa de ella cuando llegó
la noticia a Cartago el 13 de octubre de 1821, siendo gobernador el
capitán
Juan Manuel de Cañas. Junto con la noticia de la independencia, un documento fechado el 16 de septiembre de 1821, redactado por el licenciado
José Cecilio del Valle y firmado por el Capitán General
Gabino Gaínza, llegó otro documento conocido como el
Acta de los Nublados, redactado en
León, Nicaragua, el 28 de septiembre de 1821. El Acta de los Nublados optaba por un desacuerdo de la
Intendencia de León (a la que pertenecía la
Provincia de Costa Rica)
con lo acordado por las autoridades de Guatemala, y pedía a los
costarricenses que esperasen "hasta tanto se aclaren los nublados del
día",
78 por si la independencia era revertida por los españoles.
La noticia de la independencia provocó alegría y desconcierto entre los costarricenses.
79
En esa época, Costa Rica era la provincia más atrasada y pobre del
Imperio español. Lejana, prácticamente "olvidada" por las autoridades
residentes en Guatemala, poblada con escasos 50 000 habitantes
distribuidos en pequeñas aldeas del Valle Central, el Pacífico central y
sur, y el Caribe. Contaba con la economía más débil de los miembros de
la
Capitanía General de Guatemala,
con un comercio limitado a Panamá y Nicaragua, y desvinculada del
mercado mundial porque no había podido consolidar una actividad
productiva importante como para mantener dicho vínculo. No existían
bases materiales más o menos firmes sobre las que reposara algún grado
de seguridad para que el pueblo pudiese realizar sus labores cotidianas.
Aspectos como el desarrollo del arte, la medicina, la alfabetización,
la presencia de intelectuales y obras de infraestructura eran
prácticamente nulos. La población se caracterizaba por su evidente
pobreza, a excepción de un pequeño grupo de descendientes de españoles,
casi todos habitantes de Cartago, que eran propietarios de las
haciendas, los cultivos y los hatos ganaderos. Era una Costa Rica de
grandes contrastes sociales. En el campo de la sanidad y la medicina, la
situación no era alentadora: los curanderos no sabían leer y no había
en el país un solo farmacéutico. No había hospital ni botica ni médicos.
La primera escuela primaria había sido fundada en 1814, conocida como
escuela de Santo Tomás, ubicada en San José. Como contraste, otras provincias como Guatemala y Nicaragua tenían su propia universidad.
80
En lo político, era una sociedad conservadora dirigida y guiada por
sectores políticos afines a la Corona. La disidencia política, residente
en su mayor parte en San José, se mantenía en la sombra. La noticia de
la independencia planteó un debate político en torno a varios asuntos
fundamentales: la nueva organización política a construir, la seguridad
interna y externa, la vinculación al mercado mundial, la construcción
del Estado nacional, y la determinación de quiénes tomarían las riendas
políticas del país. La independencia fue una ruptura existencial debido a
que se debieron formar nuevas relaciones sociales, pues mientras el
sector conservador en el poder, conformado por sacerdotes, comerciantes,
militares y burócratas, era partidario del viejo orden colonial,
existía otro grupo de costarricenses que no formaba ni tenía relación
directa con la cúpula en el poder, que vio la independencia como una
nueva situación que planteaba nuevas opciones y desafíos para los
costarricenses.
El gobernador Juan Manuel de Cañas, al conocer el contenido de ambos
documentos, tomó la decisión de reunir al pueblo en la plaza principal
de la ciudad de Cartago, convocatoria a la que acudieron las autoridades
civiles y religiosas, así como los pobladores.
30
Cañas les informó la necesidad planteada en el Acta de los Nublados de
declarar la independencia total de las autoridades de Guatemala, "que
parece se ha erigido en soberana",
78
pero que aconsejaba a los pobladores de Nicaragua y Costa Rica a que se
limitaran momentáneamente de hacerlo del gobierno español. No obstante,
el
Acta de Guatemala
también invitaba a los pueblos de la Capitanía a enviar representantes
para integrar un Congreso con capacidad de extender la independencia al
resto de las provincias, para decidir la forma de gobierno y redactar
una constitución política.
Influenciados por Cañas, los delegados de Cartago, Heredia y San José
decidieron sujetarse a lo dispuesto en el Acta de los Nublados. Sin
embargo, el 15 de octubre de 1821, el cabildo de Cartago acordó anular
los votos emitidos anteriormente y adoptar la decisión de mantenerse al
margen de los acontecimientos, sin asumir ningún compromiso con
Guatemala o León.
30
El cabildo de San José decidió acuerpar lo decidido en Cartago, pero
además recomendó la formación de un gobierno provisional para el país,
que se hiciera cargo de los asuntos públicos y de la seguridad
ciudadana. La propuesta fue aceptada por los demás cabildos, excepto por
Heredia, que abogada por adherirse a lo decidido en la Intendencia de
León.
81
Se formaron dos fuerzas: una de las tendencias sostenía la idea de
que los delegados nombrados por los cabildos no tenían la autoridad
necesaria para decidir qué tipo de gobierno le convenía a Costa Rica,
por cuanto no habían sido elegidos por voluntad popular. El líder de
esta idea era un bachiller nicaragüense emigrado a Costa Rica, de nombre
Rafael Francisco Osejo. La tesis contraria, encabezada por
José Santos Lombardo,
consideraba que los delegados tenían el poder y la autoridad para tomar
esa decisión. Triunfó la tesis de Osejo y el 29 de octubre de 1821 se
celebró un cabildo abierto en Cartago, en el que se redactó un
acta
que proclama la Independencia de Costa Rica del Gobierno español, pero
al mismo tiempo se aprobó que se observaran la Constitución y leyes que
promulgara el
Imperio mexicano de
Agustín de Iturbide,
en el “firme concepto de que en la adopción de este plan consiste la
felicidad y verdaderos intereses de esta provincia”. La unión a México
era apoyada por las fuerzas conservadoras que encabezaban las ciudades
de Cartago y Heredia, pero los liberales de San José y Alajuela abogaban
por una independencia total de cualquier otro estado. El juramento de
fidelidad a Iturbide fue aplazado con diversos pretextos y al final
nunca llegó a realizarse.
30 Eventualmente, ambas tendencias llegarían a enfrentarse en un
enfrentamiento bélico
en 1823. El 12 de noviembre de 1821, se llevó a cabo una nueva Asamblea
con el objetivo de nombrar una Junta que se encargaría de redactar la
primera Constitución Política de Costa Rica, conocida como
Pacto de Concordia, que entró en vigencia el 1 de diciembre de 1821.
Formación del Estado costarricense (1821-1849)
La formación del Estado costarricense abarca cuatro procesos históricos:
- el primero, entre 1821 y 1825, es cuando se inicia el proceso
constitutivo del Estado, durante el cual la mayoría de las fuerzas
sociales del país participa en la construcción del nuevo proceso social
que desembocará más tarde en la formación del Estado costarricense.
Durante este periodo se dan hechos importantes como la firma del Pacto de Concordia, la primera constitución del país; la primera guerra civil (1823) y culmina con la incorporación de Costa Rica a la República Federal de Centroamérica.
- el segundo, entre 1825 y 1835, se caracteriza por una fuerte pugna
de poder entre los diversos actores sociales del país (sacerdotes,
militares, civiles, imperialistas, republicanos). Este periodo coincide
con el gobierno del primer jefe de Estado de Costa Rica, Juan Mora Fernández,
cuya experiencia y gran tino en el manejo del gobierno logra controlar
las fuerzas disgregadoras del poder, encarnadas en las municipalidades.
La presencia de un fuerte regionalismo va a dar lugar a una soberanía
fragmentada y donde predomina el dominio político de las familias
influyentes de las cuatro principales ciudades del Valle Central: San José, Heredia, Alajuela y Cartago.
En este periodo se darán acontecimientos importantes como la fundación
de varias instituciones (Casa de Moneda, Asamblea Legislativa, Corte
Suprema de Justicia, alcaldías), la autonomía de Costa Rica con respecto
a la República Federal, y la anexión del Partido de Nicoya. Este proceso culmina con la Guerra de la Liga, la segunda guerra civil de Costa Rica.
- el tercero, entre 1835 y 1842, coincide con las administraciones de Braulio Carrillo Colina
y se caracteriza por la centralización del poder, el desplazamiento de
los sacerdotes del manejo del Estado y el ascenso de los militares como
fuerza resolutoria. Durante este periodo destaca el establecimiento
definitivo de San José como capital del país, a consecuencia de la Guerra de la Liga;
la separación de Costa Rica de la República Federal (1838); el
establecimiento de los primeros códigos civiles, penales y de
procedimientos; y la privatización de la propiedad que impulsa la
actividad cafetalera y la convertirá en motor de la economía nacional.
Este proceso culmina con el derrocamiento de Braulio Carrillo por Francisco Morazán (1842).
- el cuarto, entre 1842 y 1849, será de gran inestabilidad política,
con la consolidación de los militares en el poder político,
convirtiéndose en jueces sociales importantes no solo en este periodo
sino por el resto del siglo XIX. En este periodo ocurrirán tres golpes
de Estado, dos renuncias de gobernantes y habrá cuatro Constituciones
políticas, incluyendo la de 1848 que declara a Costa Rica como
República. Además, la década de 1840 será la del despegue económico,
cuando el café finalmente se convierte en la alternativa económica que
incorpora a Costa Rica en el mercado mundial, y que también permite la
consolidación de una élite dominante (la oligarquía cafetalera) que se
disputa el poder político. El proceso culmina con el ascenso al poder de
Juan Rafael Mora Porras (1849).
Periodo 1821-1825
Confirmada
la independencia nacional en 1821, la sociedad costarricense se vio
enfrentada a dos problemas fundamentales: el económico y el político. La
independencia tomó a las autoridades coloniales y a las fuerzas
sociales del país por sorpresa, y en consecuencia, cada uno actuó en la
redefinición de los espacios sociales y la constitución del poder
político.
Se destacó durante este periodo la participación de los sacerdotes
ocupando cargos públicos: la primera junta de delegados de los pueblos,
reunida en noviembre de 1821 (dos meses después de la independencia) en
Cartago para asumir el gobierno, fue presidida por el presbítero
Nicolás Carrillo y Aguirre, mientras que otros de los miembros de la primera junta interina de Gobierno fueron el presbítero
Nereo Fonseca y el vicario
Pedro José de Alvarado.
En el primer Congreso Legislativo de Costa de 1824, entre los once
diputados propietarios, cuatro eran sacerdotes, y entre los cuatro
suplentes, uno era sacerdote.
Además de los sacerdotes, también destacó la presencia de comerciantes y empresarios, como
Rafael de Gallegos,
Juan Mora Fernández,
Rafael Barroeta y Castilla,
Santiago Bonilla y
Gregorio José Ramírez, e intelectuales, como el bachiller
Rafael Francisco Osejo,
José Santos Lombardo y
Juan de los Santos Madriz. Entre los militares, destacan nombres como los de
Florentino Alfaro Zamora y
Antonio Pinto Soares.
Los dos acontecimientos más importantes de este periodo fueron la
creación de una Constitución Política y dos juntas de gobierno, actos
realizados con gran participación popular; y el avance de las posiciones
republicanas que atentaron contra el viejo orden colonial, lo que
desencadena la primera guerra civil y el reacomodo político de los
costarricenses en la vida republicana.
El pacto de Concordia (1821)
La provincia de Costa Rica está en absoluta libertad y posesión
exclusiva de sus derechos para constituirse una nueva forma de gobierno y
será dependiente o confederada de aquel Estado o potencia que le
convenga adherirse, bajo el preciso sistema de absoluta independencia
del Gobierno español y de cualquiera otro que no sea americano.
Artículo 1° del Pacto de Concordia. 1 de diciembre de 1821.
82
La independencia dejó claro que, más que un país, Costa Rica era una
provincia cuyo territorio se encontraba gobernado por cuatro poblaciones
principales afiliadas, pero rivales entre sí:
Cartago,
San José,
Heredia y
Alajuela.
Cada uno de los cabildos de estas ciudades tenía sus propios planes de
cara al futuro. La independencia marcó el inicio de un gran debate en
torno al poder político, asociado a un proceso de reacomodo social que
se inicia a partir de octubre de 1821. Cartago, la capital colonial,
tenía una población que era afín a las autoridades españolas, mientras
que Heredia se consideraba a sí misma una entidad aparte del resto de la
provincia, de la cual se había separado para sujetarse directamente a
las autoridades de
León, Nicaragua.
Por su parte, en San José y Alajuela predominaban las ideas
republicanas y liberales que abocaban por una independencia total de
cualquier otro Estado. En contraposición a la actitud de las ciudades
del Valle Central, los pueblos de las regiones de
Puntarenas (cuya principal población era
Esparza) y
Limón (con
Matina a la cabeza), no se encontraban inmersas en ese juego político, mientras que el
Partido de Nicoya (futura provincia de
Guanacaste) era una unidad política independiente.
83
A pesar de las discrepancias, los costarricenses se dieron a la tarea
de construir un mínimo de reglas políticas que les permitiera enfrentar
la nueva realidad, para lo cual recurrieron a la
Constitución de Cádiz de 1812.
81
Se convocó a los cabildos de las cuatro ciudades a enviar sus
representantes a Cartago para el mes de noviembre de 1821. Estos
representantes conformaron la primera Junta de Delegados de los pueblos,
nombrándose al sacerdote
Nicolás Carrillo y Aguirre como su presidente.
84
Esta Junta nombró una comisión que se encargó de redactar la primera
Constitución Política de Costa Rica: el Pacto Fundamental Interino de
Costa Rica, también conocido como
Pacto de Concordia. Esta comisión estuvo conformada por cinco miembros:
Juan Mora Fernández y
Juan de los Santos Madriz, liberales;
José Santos Lombardo y Alvarado,
Joaquín de Iglesias Vidamartel y
Rafael Barroeta y Castilla, conservadores.
84
El Pacto de Concordia estableció el derecho absoluto de la Provincia
de Costa Rica para constituir su propia forma de gobierno, que quedaría a
cargo de una Junta Superior Gubernativa. Además, se reconocieron los
derechos de los habitantes, se abolió la esclavitud y se proclamó la
libertad de comercio. Sin embargo, existía dentro del mismo un punto
álgido: la rotatividad de la capital por cada una de las cuatro ciudades
del Valle Central, lo que contribuyó a estimular la confrontación
principalmente entre Cartago y San José. El pacto aspiraba a crear un
ambiente de tranquilidad y unión ("de concordia") entre los pueblos que
lo conformaban, aunque en la práctica funcionó para postergar la
realidad política de división entre las ciudades rivales, de manera que
contuvo por un breve periodo de tiempo una inminente confrontación
bélica.
85
Guerra de Ochomogo (1823)
Los liberales... se reunieron en San José y Alajuela, cuyas poblaciones en masa se levantaron contra los conspiradores.
Felipe Molina. Apuntamientos para la historia de Costa Rica. 1851.
86
A pesar del
Pacto de Concordia, la desconfianza mutua y los localismos llevaron a cada una de las ciudades del Valle Central a defender sus propios intereses.
85 Desde diciembre de 1821, el cabildo de
Cartago había decidido anexionar a la Provincia de Costa Rica al
Primer Imperio Mexicano,
estado que nació como resultado del movimiento independentista de Nueva
España, pero respaldó que la Junta Superior Gubernativa gobernara el
país mientras el Imperio se consolidaba constitucionalmente.
87 Las ciudades de
San José y
Alajuela
decidieron momentáneamente apoyar el acuerdo, con el propósito de
establecer el gobierno, pero se oponían a la adhesión y preferían algún
tipo de independencia republicana.
Heredia, por su parte, abogaba por la sumisión a las autoridades imperialistas de
León, Nicaragua, que amenazaron con enviar tropas para invadir Costa Rica. En México,
Agustín de Iturbide se proclamó emperador e invitó a las autoridades de
Guatemala a unirse al Imperio, para lo cual además envió un ejército, que sofocó una rebelión en la
Provincia de San Salvador.
87
El primer gobierno constitucional que tuvo Costa Rica, llamada
primera Junta Superior Gubernativa de Costa Rica, estuvo conformado por
Rafael Barroeta y Castilla como presidente,
José María de Peralta y La Vega,
Juan Mora Fernández (secretario),
Santiago Bonilla,
Rafael de Gallegos,
Joaquín de Iglesias y José Mercedes de Peralta. Se nombraron tres
miembros suplentes: Bruno Prieto, Pedro Carazo y Juan Antonio Alfaro.
Esta Junta inició sus actividades el 13 de enero de 1822 y se extendió
por un año y cambió de sede cada tres meses, alternando entre las cuatro
principales ciudades del Valle Central.
30
El 1 de enero de 1823, una segunda Junta Superior Gubernativa, integrada ampliamente por liberales y presidida por
José Santos Lombardo,
reemplazó a la Junta anterior, de mayoría conservadora. El viraje
político molestó a las fuerzas conservadoras, haciéndose más latente la
fragilidad del acuerdo estipulado en el Pacto de Concordia.
88 En febrero de 1823, estalló en Cartago una pequeña rebelión popular que abogada por una unión federal con
Colombia.
El movimiento fue apoyado por San José y Alajuela, que buscaban socavar
a las fuerzas unionistas en Cartago, mientras que las autoridades de
Heredia se consideraban escindidas del país.
87
Para evitar el rompimiento del orden constitucional, la Junta convocó a
los ayuntamientos para configurar un Congreso de diputados, que se
reunió en marzo de 1823. Este fue el
Primer Congreso de Costa Rica, que decidió oponerse a la adhesión de Costa Rica al
Primer Imperio Mexicano,
y reemplazar a la Junta Superior Gubernativa de siete miembros por un
poder ejecutivo de tres miembros, al cual se le llamó Diputación de
Costa Rica, y presidido por
Rafael Francisco Osejo.
Esta Diputación se convirtió en el primer intento de centralizar el
poder y reducir la influencia de los intereses locales en el gobierno.
88
En Cartago, no obstante, las fuerzas conservadoras, dirigidas por
algunos sacerdotes, militares, comerciantes e intelectuales, decidieron
desconocer al nuevo gobierno. El 23 de marzo de 1823, tomaron el Cuartel
de Armas de Cartago y proclamaron, junto a Heredia, la unión al Imperio
mexicano. Como respuesta, los republicanos en San José y Alajuela
organizaron un ejército bajo el mando de
Gregorio José Ramírez, y partieron hacia Cartago a enfrentar a los golpistas, estallando de esa forma la
Primera Guerra Civil de Costa Rica.
El 5 de abril de 1823, ambos ejércitos se encontraron en el Alto de
Ochomogo, que separa los territorios de San José y Cartago. Tras un
breve intento de negociación, estalló lo que se conoce como la
Batalla de Ochomogo.
Luego de varias horas de cruentas luchas, las fuerzas cartaginesas
capitularon, se retiraron a Cartago, dispersándose, y Ramírez ocupó la
ciudad. Mientras tanto, la milicia de Heredia había invadido Alajuela
aprovechando que las fuerzas alajuelenses se encontraban luchando en
Ochomogo. En lo que se conoce como la Batalla de Arroyo, los vecinos de
Alajuela resistieron brevemente la invasión, hasta que se vieron
superados por la milicia herediana, que saqueó la ciudad. Tras controlar
Cartago, el Ejército Republicano se movilizó a Alajuela y liberó la
ciudad, para luego invadir Heredia, derrotar definitivamente a los
imperialistas, y reincorporar a la ciudad al país. Gregorio José Ramírez
quedó como gobernante de facto, trasladando la capital y los pertrechos
de guerra a San José,
89
pero tras un breve gobierno de diez días para restablecer el orden
público, entregó el poder a la Tercera Junta Superior Gubernativa, que
gobernó hasta 1824.
88
87
Esta primera etapa del proceso de formación del Estado costarricense
se cierra finalmente en 1825, cuando Costa Rica se incorpora a la
República Federal de Centroamérica.
Costa Rica en la República Federal de Centroamérica (1824-1838)
Aunque el Estado de Costa Rica es uno de los que componen la
República Federal Centro Americana reúne en sí la plenitud de su
soberanía y se declara en ejercicio de ella, sin sujeción ni
responsabilidad a otro que a sí misma.
Ley Aprilia. 1829. En Obregón Loría, p.55.
90
Junto con el
Acta de Independencia de Centroamérica, llegó también la invitación a los costarricenses de participar en la construcción de la incipiente
República Federal de Centroamérica,
instándolos a enviar sus representantes a Guatemala en 1823. Este
proyecto no fue visto con gran entusiasmo por Costa Rica, siendo
relegado a un segundo plano en la
agenda política.
La experiencia colonial de la provincia justificaba en cierto modo esta
reticencia: Costa Rica había sufrido muchas penurias económicas,
culturales y políticas al ser prácticamente "olvidada" por las
autoridades coloniales residentes en Guatemala. Uno de estas decisiones
había sido la tomada en 1792 por la antigua
Capitanía General de Guatemala
de quitarle el monopolio del cultivo del tabaco, siendo esta la única
actividad productiva que trascendió la vida económica de la colonia, y
que en su momento alimentó la esperanza de los costarricenses de romper
el aislamiento y marasmo económico y social. A esto se sumó el
desarrollo desigual experimentado por cada provincia durante la Era
Colonial, que en el caso de Costa Rica había impedido su vinculación al
mercado mundial.
91
Durante esta parte de su historia política, el principal éxito diplomático de Costa Rica fue exceptuarse de las devastadores
guerras civiles que caracterizaron a la República Federal.
92
Entre la independencia (1821) y el año de su separación de la
Federación (1838), en Costa Rica hubo dos cortas guerras civiles: la
Guerra de Ochomogo (abril de 1823) y la
Guerra de la Liga
(septiembre-octubre de 1825). La participación de Costa Rica en la
República Federal se prolongó durante la mayor parte de la turbulenta
existencia de este experimento político: Costa Rica envió fondos, asumió
su parte de la deuda, eligió representantes para el Congreso y reclutó
hombres para formar parte del Ejército Federal. El destino de la
Federación, sin embargo, fue decidido por eventos ocurridos lejos de las
fronteras costarricenses, en Guatemala y El Salvador. Mientras tanto,
la sociedad costarricense, ajena a los márgenes de las profundas
divisiones y disputas de los bandos de la República Federal, logró
concentrarse en resolver sus propios problemas internos.
93
La presencia de Costa Rica en la República Federal fue bastante
marginal con respecto a los demás miembros, lo que la llevó a tener una
relativa autonomía para tomar decisiones importantes.
94
Para el 1 de julio de 1823, fecha en que las autoridades de la nueva
República tomaban su asiento en el poder del nuevo Estado, no hubo
representantes de Costa Rica, en ese momento profundamente afectada por
la recién finalizada guerra civil de Ochomogo.
95 Costa Rica fue el último miembro en incorporarse a la República Federal, hasta el 4 de marzo de 1824.
94
A pesar de sus resquemores, los costarricenses tenían claro que la
presencia del país en la unión era necesaria, aunque esta fuese débil y
sin gran trascendencia para la vida política nacional,
94
evidenciado en el hecho que, según la normativa constitucional de la
República Federal, los miembros de la Cámara de Diputados de la
República serían elegidos de acuerdo al número de habitantes de cada
estado. Al ser Costa Rica el país menos poblado, tenía derecho
únicamente a 2 diputados (Guatemala, el más poblado, podía elegir 18;
Nicaragua, la menos poblada luego de Costa Rica, podía elegir 6), por lo
que los votos y decisiones de los delegados de Costa Rica resultaban de
escaso valor.
94
Este escaso peso de Costa Rica en las decisiones de la Federación
conllevó a que el Estado buscase soluciones a sus propios problemas, que
evidentemente no serían resueltos por las lejanas autoridades en
Guatemala. Por eso, en 1825, el Congreso costarricense autorizó la
circulación de una moneda acuñada en suelo nacional, aunque tuviese
características diferentes a las monedas acuñadas por la República. Con
esta acción, Costa Rica buscaba el beneficio del comercio interno.
94
Para finales de 1825, y al margen de la República Federal, aunque
siendo parte de ella, Costa Rica contaba con su propio Jefe de Estado,
Asamblea Legislativa y
Corte Suprema de Justicia.
Mientras la Federación se debate en una verdadera guerra civil entre
1826 y 1829, Costa Rica vive un periodo de reacomodo y relativa
estabilidad política entre 1825 y hasta 1833.
90 Es así como surge, en 1829 durante el gobierno de
Juan Mora Fernández,
la Ley Aprilia, en la cual se declara que el Estado de Costa Rica, sin
dejar de pertenecer de hecho a la República Federal, asume su propia
soberanía. No será hasta 1838, con el segundo gobierno de
Braulio Carrillo Colina, que se tomará la medida de abandonar definitivamente la Federación.
96
A pesar de que la experiencia de Costa Rica en la República Federal
no fue del todo positiva, su participación en el proyecto
centroamericano produjo beneficios en varios campos específicos:
primero, la República Federal sirvió de escuela política para los
costarricenses, de donde surgieron hombres como Braulio Carrillo, quien
fue diputado por Costa Rica, y a quien su experiencia en el Congreso
federal le permitió tomar la firme decisión de que lo mejor para el país
era separarse de la Federación; en segundo lugar, la presencia de Costa
Rica en la República Federal le permitió adquirir un elemento de
seguridad externa, pues mientras Costa Rica fue miembro de la
Federación, Nicaragua no realizó reclamaciones sobre sus pretensiones
sobre el
Partido de Nicoya,
anexado a Costa Rica en 1824, y es a partir de la desintegración del
Estado federal en 1842 que inician los conflictos limítrofes entre ambos
países; y en tercer término, mientras el resto de los centroamericanos
estaban pendientes de los sucesos que acontecían en el seno de la
República, Costa Rica pudo superar sus conflictos internos por sí misma y
consolidar su propia economía cafetalera, que finalmente permitió que
el país, bajo la lógica del
capitalismo
agrario, lograse cimentar el Estado nacional y crear elementos
objetivos y subjetivos que dieron lugar a la nacionalidad costarricense.
97
Juan Mora Fernández, primer Jefe de Estado (1824-1833)
Costa Rica presenta un cuadro, aunque pequeño y sencillo, ileso y
agradable e iluminado en todo su círculo por el iris de la paz.
Juan Mora Fernández. Mensaje al Congreso, 1829.
85
"El Ejecutivo desea que el estado sea feliz por la paz, fuerte
por la unión y que sus hijos corten cada día una espiga más y lloren
una lágrima menos."
Juan Mora Fernández,
primer jefe de Estado de Costa Rica (1824-1833). Magistrado de la Corte
Suprema de Justicia, diputado de la Asamblea Constituyente, miembro de
la Cámara de Senadores, regente del Tribunal Supremo de la Corte Suprema
de Justicia. Comerciante, político y maestro de escuela. Por sus
virtudes, declarado
Benemérito de la Patria el 6 de noviembre de 1848. Retrato por el italiano Lorenzo Fortino (1833) en el Salón del Congreso de Costa Rica.
Una vez concluida la
guerra de Ochomogo, el poder fue asumido por
Gregorio José Ramírez por un corto periodo de tiempo, luego de lo cual lo entregó a la Tercera Junta Superior Gubernativa, encabezada por
José María de Peralta y La Vega.
La Junta presidió el país hasta septiembre de 1824, y le correspondió
llevar a cabo la organización de la incorporación de Costa Rica a la
República Federal. Además, supervisó la elección del nuevo Congreso,
compuesto por doce diputados titulares y cuatro suplentes. Finalmente,
fue la encargada de supervisar la elección del primer Jefe de Estado,
puesto que recayó en
Juan Mora Fernández, josefino liberal que contaba con amplia experiencia administrativa.
Juan Mora Fernández (1794-1854) fue comerciante, político y maestro
de escuela. Fue estudiante de la Universidad de León y de la
Universidad de San Carlos de Guatemala.
También fue subteniente de batallón de caballería de San José y alcalde
del ayuntamiento de dicha ciudad. Formó parte de la comisión encargada
que redactó el Pacto de Concordia, fue miembro de la primera Junta
Superior Gubernativa y diputado por San José. Asumió el poder el 8 de
septiembre de 1824. Gobernó Costa Rica en dos periodos consecutivos:
1825-1829 y 1829-1833. De su tino como gobernante responde el periodo de
ocho años de tranquilidad y progreso que caracterizaron a Costa Rica,
en una época en que la guerra arreciaba en el resto de América Central.
En parte, se ha atribuido a este periodo de la historia de Costa Rica
algunos elementos base para la formación de la identidad costarricense,
cuyo pueblo se percibía diferente del resto de los centroamericanos
debido a la convulsa realidad política de la República Federal. Sin
embargo, en Costa Rica también existían ámbitos de fuerzas, actores y
clases sociales dadas al conflicto, que fueron manejadas con acierto por
la sabiduría y experiencia del primer Jefe de Estado.
Correspondió a Juan Mora Fernández el establecimiento de las primeras
instituciones del país. Decretó el primer escudo del Estado Libre de
Costa Rica. El 10 de noviembre de 1824, ascendió al rango de ciudades a
las villas de Concepción de Heredia y San Juan Nepomuceno de Alajuela, y
al rango de villas a las aldeas de
Escazú,
Bagaces y
Barva.
El 25 de ese mismo mes, emitió un decreto en el que invitaba a los
ciudadanos que estableciesen en cualquier pueblo del Estado un periódico
en forma manuscrita. Poco después, se importó la primera imprenta
(1830), circulando el primer periódico impreso,
El noticioso universal, obra de Joaquín Bernardo Calvo.
El 25 de julio de 1824, los pueblos de
Santa Cruz y
Nicoya, pertenecientes al
Partido de Nicoya,
se anexaron libremente a Costa Rica, hecho que posteriormente fue
ratificado por decreto del Congreso Federal de Centroamérica el 18 de
marzo de 1825, incluyéndose también a la villa de Guanacaste (hoy
Liberia).
Mora Fernández, maestro de escuela, dio a la enseñanza pública gran
importancia práctica y declaró obligación del Estado propagarla,
fomentando la creación de escuelas primarias en todos los centros de
población del país. El 10 de diciembre de 1824, decretó la creación de
la
Casa de Enseñanza de Santo Tomás,
que impartía lenguas, lectura, escritura, Filosofía, Derecho civil y
canónigo y Teología. En lo político, para evitar las ausencias de los
diputados al Congreso, decretó que a la tercera ausencia, se multase al
diputado con un cargo de entre 50 y 500 pesos, y se le destituyese y
declarase indigno de la confianza pública.
El 26 de enero de 1825, emitió la
Ley Fundamental del Estado Libre de Costa Rica, donde declaraba al país independiente de España, México o cualquier otro estado, a la vez que se decretaba la unión a la
República Federal de Centroamérica;
además, establecía que el gobierno sería popular representativo y
dividido en cuatro poderes (Legislativo, Ejecutivo, Judicial y
Conservador); determinaba que para ser elector, se debía ser ciudadano
mayor de edad en ejercicio de sus derechos, con una fortuna personal de
100 pesos; y que en cada pueblo debía existir una municipalidad elegida
popularmente. Finalmente, se decretaba que la religión oficial era la
católica, además de declarar a la
Virgen de los Ángeles,
patrona de Costa Rica, estableciéndose en Costa Rica un obispado
independiente del de Nicaragua, convirtiéndose la iglesia de San José en
catedral.
Este fue el primer escudo del Estado Libre de Costa Rica, promulgado por Juan Mora Fernández en 1824.
El 28 de enero de 1826, estalló en la ciudad de Alajuela una rebelión encabezada por el español
José Zamora,
con el objeto de someter al país de nuevo a la dominación española;
Juan Mora Fernández debió sofocar la rebelión y mandar a fusilar al
cabecilla. El 7 de junio de 1826, decretó la creación de un hospital
general bajo el nombre de
San Juan de Dios. En 1828, mientras la República Federal se debatía en la
guerra civil centroamericana, Juan Mora Fernández decretó la Ley Aprilia, en la que Costa Rica, sin separarse de la Federación, declaraba su autonomía.
En lo económico, Juan Mora Fernández apoyó la explotación minera en los Montes del Aguacate y el palo brasil (
Caesalpinia echinata)
en la costa del Océano Pacífico, pero principalmente al café como
futuro económico y social de Costa Rica. En 1828, al calor de la
actividad minera (1821-1843), creó una
Casa de Moneda
para aliviar las necesidades económicas del país, acuñando 200 000
pesos en cobre, de tres valores y pesos distintos, en monedas de un
real, un medio y un cuartillo. Esto permitió monetizar la economía
nacional y dinamizar el mercado interno. La extracción de palo brasil
alcanzó su esplendor en 1830, vendiéndose a Inglaterra, pero el cultivo
era escaso y se agotó rápidamente. En 1825 el gobierno eximió al café
del pago del diezmo, y en 1831 la Asamblea Nacional decretó que
cualquiera que cultivara café por 5 años en "tierra baldía" podría
reclamarla como propiedad suya. A partir de 1830, el cultivo del café se
expandió decididamente en el Valle Central.
Finalizado su segundo gobierno, la Asamblea Legislativa y el Concejo
del Estado decretaron, el 11 de marzo de 1833, la colocación del retrato
de Juan Mora Fernández en el Salón del Congreso, con la indicación de
que dicho sitio lo ocuparían, en lo sucesivo, los que "en el mismo
destino se hagan dignos de él".
Anexión del Partido de Nicoya (1824)
En el Pueblo de Nicoya y Julio veinte y sinco de mil ochocientos
veinte y cuatro años. Estando esta Corporación Juntos y congregados con
el Gefe Político y todos los Ciudadanos de su mando y con anuencia de
los señores Ciudadanos Sargento y Cabos y demás soldados militares y
Principales y demás común del Pueblo: Se les leyó literalmente la
convocatoria que se le remitió a esta Municipalidad por el Govierno de
Costarrica en la que fraternalmente a (testado: nos) invicta a estos
Pueblos para que espontaneamente deliberen a la Unión y agregación en
esta virtud estando esta corporación de común acuerdo; con los avitantes
hemos deliberado libremente a la Unión indicada consultando las
ventajas que nos proporcionan en el comercio por el Puerto de Punta de
Arena, (testado: con) la pronta administración de Justicia y fomento de
los ramos; la seguridad quietud y regimen politico que quedan aviertos
bajo, la demarcación de aquel estado como lo yndica la Naturaleza y lo
reclama la conveniencia Pública, la (testado:ynted) ydentidad de
intereses y demás relaciones que ligan este Partido: bajo esta
consideración y de las mejoras que redundan a estos Pueblos. Por las
bentajas con que se ha confederado el estado de Costarrica a los demas
del Centro de América segun se manifiesta del Decreto que se nos ha
acompañado en esta copia autorizada, y la participacion ynmediata y
resiproca de los beneficios y adelantamientos que se palpan en el estado
de Costarrica: esta corporación de unanime con centimiento y en
consorcio de sus conciudadanos contemplando en todo lo relacionado tuvo
vien the ynvitar con la misma convocatoria a la Municipalidad de la
poblazon de Santa Cruz de este mismo Partido, quienes siendo de este
mismo parecer, y haviendo al efecto convocado a la mayor parte de su
vecindario contestaron el oficio que se acompaña a esta carta. Por todo,
y reparando los actuales yndigencias que se hayan los Pueblos de este
partido Cntemplandolos desde esta fecha, (a ecepción de Guanacaste) como
parte yntegrante del estado de Costarrica...
Fragmento del Acta de la Anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica. 25 de julio de 1824.
nota 1
Escudo de la provincia de
Guanacaste, con la leyenda "De la patria por nuestra voluntad".
Uno de los hechos más relevantes de la década de 1820 fue la anexión del
Partido de Nicoya a Costa Rica. Durante la Colonia, la
Alcaldía de Nicoya
había constituido una entidad territorial que había estado bajo la
administración de Nicaragua, Costa Rica y eventualmente, autónoma, hasta
que fue incorporada a la
Intendencia de León en 1787, dentro de la Diputación Provincial de Nicaragua y Costa Rica. En 1820, la Diputación fue reorganizada como
Provincia de Nicaragua y Costa Rica, convirtiendo a la Alcaldía en un
Partido regido por un Jefe Político Subalterno, que dependía de la
Capitanía General de Guatemala directamente.
Copia del acta de la Anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica (25 de julio de 1824).
A partir de 1813, las relaciones políticas entre el Partido de Nicoya
y Costa Rica se habían venido estrechando, a causa de la elección de un
representante para ambos para que acudiera a las
Cortes de Cádiz, esto debido a la escasez de población en ambos territorios, resultando electo
Florencio del Castillo.
A partir de ese momento, Nicoya debió enviar a sus electores a Cartago,
capital colonial de Costa Rica, lo que permitió el establecimiento de
vínculos político electorales entre Nicoya y Costa Rica para diversas
elecciones que se llevarían a cabo en España, y también para la elección
de los representantes de ambas ante la Diputación Provincial de
Nicaragua y Costa Rica. Luego de la independencia, Costa Rica se separó
de la Diputación Provincial, a la que siguió perteneciendo Nicoya hasta
su anexión en 1824.
En 1823, la Junta Superior Gubernativa de Costa Rica firmó un acuerdo
con las autoridades nicaragüenses (enfrentadas desde ese año en una
cruenta guerra civil entre las ciudades de León y Granada), buscando la
incorporación del Partido de Nicoya a Costa Rica. En 1824, el gobierno
de
Juan Mora Fernández
propuso la anexión a las autoridades del Partido de Nicoya. En un
primer término, el 4 de julio, las autoridades de la ciudad de Nicoya
rechazaron la anexión. Un segundo plebiscito se llevó a cabo el 25 de
julio de 1824. Esta vez, en cabildo abierto y sopesando las ventajas de
anexarse a Costa Rica, los vecinos de las comunidades de
Santa Cruz y
Nicoya, por su propia voluntad, votaron por la anexión, ganando con un 77% de los votos.
En 1825, con la reunión del Congreso de la República Federal en
Guatemala, los diputados costarricenses informaron de la anexión
presentando unos documentos y actas firmados por el alcalde de Nicoya,
Cupertino Briceño. El 18 de marzo de 1825, la República Federal de
Centroamérica emitió un decreto en el cual aprobaba la anexión,
incorporando además a la villa de Guanacaste (actual ciudad de
Liberia),
que se había opuesto a la anexión. A partir de 1835, el Partido de
Nicoya pasó a llamarse Departamento de Guanacaste, y se le agregaron los
territorios de los actuales cantones de
Bagaces y
Cañas. En 1841,
Braulio Carrillo Colina
volvió a reorganizar al país en cinco departamentos: San José,
Alajuela, Cartago, Heredia y Guanacaste. A partir de 1848, con la
declaración de Costa Rica como una república por parte de
José María Castro Madriz, los departamentos pasaron a convertirse en provincias, con lo que nació la provincia de
Guanacaste.
La anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica también generó
problemas limítrofes con Nicaragua, que realizó varios intentos de tener
dentro de su jurisdicción territorial a Guanacaste, en 1836, 1847 y
1854, hasta que la firma del
Tratado Cañas-Jerez
en 1858, que definió la frontera entre ambos países, le dio fundamento
de estabilidad jurisdiccional a Costa Rica sobre la provincia.
La Ley de la Ambulancia (1833-1835)
Las Supremas Autoridades del Estado residirán el periodo de cuatro
años en las ciudades de Alajuela, Heredia, Cartago y San José.
Artículo 1° de la Ley de la Ambulancia. 3 de abril de 1834.
98
Concluido el gobierno de Juan Mora Fernández, fue electo para sucederlo
José Rafael de Gallegos y Alvarado,
hacendado y comerciante cartaginés, conservador, quien había sido
vicejefe de Estado en el gobierno de Mora Fernández y había formado
parte de las Juntas de Gobierno previas a la elección del primer Jefe de
Estado. Gallegos no quería el puesto, pero el Congreso lo obligó a
aceptarlo, luego de una elección muy reñida. Gallegos fue un gobernante
progresista y respetuoso de las leyes, pero sin la energía necesaria
para mantener el orden y la paz en todo el país. A Gallegos le tocó
gobernar en una época muy dura, donde los localismos pugnaban por el
poder, pues las fuerzas derrotadas en la guerra de 1823 estaban
dispuestas a recuperar la capital, utilizando para ello tácticas de gran
manipulación y cabildeo para derrotar políticamente a San José. Es así
como los cartagineses ofrecen a los representantes de Heredia y Alajuela
la controvertida
Ley de la Ambulancia.
Desde 1831, dos años antes de la elección de Gallegos, venía
circulando en los fueros legislativos una propuesta impulsada por los
representantes de Cartago: la promulgación de una ley que permitiera que
la capital del país rotase entre las cuatro principales ciudades del
Valle Central.
99
La dicha propuesta era adversada principalmente por los liberales de la
ciudad de San José, ciudad que en la práctica se venía consolidando no
solo como la capital política de Costa Rica sino también como el centro
del temprano capitalismo agrario del Valle Central, al concentrarse la
mayoría del cultivo del café en sus terrenos, y además, era la ciudad
donde se concentraban los pertrechos de guerra, por lo que una victoria
militar sobre ella era prácticamente imposible para el resto de las
ciudades.
La Ley de la Ambulancia fue presentada al Congreso el 10 de marzo de
1834 por siete diputados representantes de Alajuela, Cartago y Heredia,
alegando un principio de igualdad: aquel en el cual los bienes y males
de la capitalidad deben ser disfrutados o sufridos por la cuatro
ciudades por igual y no solo por una.
100 El proyecto, además, proponía que la capitalidad empezase con el siguiente orden: Cartago, Heredia, Alajuela y San José.
101
Para los conservadores, la propuesta era una forma de recuperar la
capital, vengar la derrota en la guerra de 1823 y romper la alianza
liberal entre San José y Alajuela (cuyos representantes se vieron
tentados por la posibilidad de que su ciudad fuera capital). Para los
liberales, la Ley de la Ambulancia no era otra cosa que una estratagema
de los conservadores cartagineses para, una vez establecida la capital
en Cartago, las fuerzas en el poder derogasen la ley y la capital
quedara definitivamente a la Vieja Metrópoli.
102
Al verse en inferioridad numérica en la votación, los diputados de San
José decidieron presentar una reforma con la cual la ambulancia iniciase
con la ciudad de Alajuela. Los proponentes de la Ambulancia no tuvieron
más remedio que aceptar: oponerse era perder el apoyo alajuelense y
condenar al fracaso la propuesta.
103
La ley fue aprobada el 31 de marzo de 1834 en segundo debate,
iniciándose la ambulancia en el mes de mayo con la ciudad de Alajuela,
que fue capital de Costa Rica por dos años.
104
Pero la Ley de la Ambulancia resultó ser un fiasco de grandes
proporciones, pues la nueva sede del gobierno no estaba adecuadamente
preparada para acoger a las autoridades. Un año después, el 4 de marzo
de 1835, luego de un año de gobierno a la deriva y hastiado de las
excesivas atribuciones de un Poder Legislativo estancado, y de las duras
críticas en su contra por parte de la prensa, principalmente del
periódico "La Tertulia", contrario a la Ley de la Ambulancia, Rafael de
Gallegos presentó su renuncia a la Jefatura de Estado. Pocos días
después, fue electo para sucederlo el licenciado
Braulio Carrillo Colina.
Las administraciones de Braulio Carrillo (1835-1842)
"Sí, yo viviré siempre, a pesar de mis enemigos, en el corazón sensible de los costarricenses..."
Braulio Carrillo Colina
(1800-1844), tercer Jefe de Estado (1835-1837, 1838-1842). Responsable
de una obra monumental en la formación del Estado, ha recibido el
epíteto de "
Arquitecto del Estado Costarricense". Fue declarado
Benemérito de la Patria en 1971. Retrato por
Tomás Povedano.
El año de 1835 se considera fundamental en el desarrollo del Estado político costarricense, con el ascenso al poder de
Braulio Carrillo Colina,
joven abogado que había sobresalido en su profesión y como comerciante,
y a quien se consideraba como conocedor de la realidad centroamericana
por haber sido diputado, presidente de la Asamblea Legislativa, fiscal
de la Corte Suprema de Justicia y representante por Costa Rica ante la
República Federal. Por su perfil, Carrillo se encontraba muy por encima
de los políticos de su época.
105 Asumió el poder para terminar el periodo de
Rafael de Gallegos, electo en 1833 y quien había promulgado un año después la controvertida "
Ley de la Ambulancia", que determinaba que la capital de Costa Rica debía rotar entre las cuatro principales ciudades del Valle Central.
105
Carrillo concibió el poder como una forma de generar cambios en la vida de los costarricenses.
105 Sus medidas se caracterizaron por su radicalidad, contrarias a los
localismos
y con una fuerte tendencia a la centralización del poder, lo que le
generó numerosos adversarios. Los gobiernos de Carrillo se inclinaron
por la privatización de la tierra, la persecución de la vagancia, y el
reforzamiento del gobierno central, con el consecuente debilitamiento de
Iglesia y las municipalidades.
106 En esta época, Costa Rica poseía una mentalidad aldeana con una fuerte cultura
plebeya
heredada de la Colonia, donde se disfrutaba del licor, el baile, el
ocio y la vida sexual, con una Iglesia mundana en donde los sacerdotes
eran comerciantes, propietarios de terrenos, bebedores de licor, donde
las decisiones se tomaban sobre la base de los intereses de los
principales acaudalados de cada ciudad, y los localismos asumían una
posición política, con un Poder Legislativo poderoso y un Poder
Ejecutivo débil.
107
Carrillo acordó, con la venia de la Asamblea, la supresión de los
feriados, la prohibición de la procesiones y de las ventas callejeras;
buscando instaurar un mínimo de orden social y disciplina, firmó una Ley
que castigaba la vagancia; promovió el alejamiento de los sacerdotes de
la
cosa pública y la derogación de la Ley de la Ambulancia en beneficio de San José como capital del país.
105
Es precisamente la supresión de esta Ley la que conduce a la segunda guerra civil de Costa Rica, conocida como
Guerra de la Liga,
la cual será determinante para el inicio de una serie de
transformaciones políticas en años subsecuentes. Llevada a cabo entre
septiembre y octubre de 1835, la victoria militar de San José sobre
Alajuela, Cartago y Heredia permitió la centralización del poder y su
fijación definitiva como capital del país, además de que acabó los
titubeos y temores en cuanto a la toma de decisiones por parte de los
gobernantes. Sin embargo, también le costó a Carrillo su reelección,
obstaculizada por los representantes cartagineses y heredianos, lo que
conllevó a su derrota electoral en 1837. No obstante, un año después, y
apoyado por los militares, comerciantes, un grupo de sacerdotes y una
gran parte del pueblo llano, Carrillo derrocó a
Manuel Aguilar Chacón
e inició su segunda administración, considerada históricamente muy
fecunda por el gran respaldo de los actores sociales de la época.
105 La de Carrillo fue, también, la primera dictadura en la historia del país.
106
Escudo del Estado de Costa Rica
entre 1840 y 1842. Este escudo fue promulgado por Carrillo una vez que
separó a Costa Rica de la República Federal de Centroamérica, y
suprimido dos años después con su derrocamiento.
A consecuencia de la Guerra de la Liga, Carrillo tomó una serie de
medidas para debilitar los localismos, las cuales fueron consideradas
como dictatoriales y fueron minando sus bases sociales de apoyo y
generando nuevos resentimientos sociales. No obstante, la labor
efectuada durante su segundo gobierno se considera vital en la formación
del Estado costarricense. Carrillo es el responsable de recuperar la
soberanía política de Costa Rica al separarla definitivamente de la
República Federal de Centroamérica el 14 de noviembre de 1838, y erigirla como un
Estado soberano e independiente, según el primer artículo de la
Ley de Bases y Garantías,
texto constitucional promulgado en 1841 en el cual también, además de
otorgarle amplios poderes como Jefe de Estado, reorganizó la
administración de la justicia, reestructuró al país en cinco
departamentos (San José, Alajuela, Cartago, Heredia y Guanacaste),
administrados por un Jefe Político Superior, y suprimió las
municipalidades.
108 En lo militar, dio una demostración de fuerza al suspender el tributo anual dado a los
zambos mosquitos, apoyados por los británicos, que era pagado desde 1779 para evitar que atacaran
Matina.
Sumado a ello, eliminó las fuerzas militares en las otras ciudades del
Valle Central, concentrando al ejército y los pertrechos en San José. No
pudo, sin embargo, evitar la
ocupación de Bocas del Toro de 1836 por parte de la
República de Nueva Granada,
sin embargo, utilizó este hecho como una razón más para separar al país
de la República Federal de Centroamérica, al no haber ninguna reacción
de aquella para apoyar a Costa Rica. En lo económico, dio estímulos a la
producción y el comercio, impulsando decididamente el proceso de
privatización de la propiedad y la actividad cafetalera, lo que
posteriormente permitió vincular a Costa Rica con el mercado mundial.
Además, construyó un camino desde
Paraíso de Cartago
hasta Moín (el llamado Camino de Carrillo), lo que permitió conectar el
Valle Central con el Caribe costarricense. Convirtió la ciudad de
Puntarenas
en el principal puerto comercial de Costa Rica en el Océano Pacífico.
Carrillo creó el primer arancel de aduanas del país, además del
Reglamento General para la Hacienda Pública, centralizando de esa forma
las finanzas del Estado. En lo jurídico, realizó una obra fundamental al
crear los primeros códigos Civil, Penal y de Procedimientos. Su obra
monumental le ha valido el título histórico de "Arquitecto del Estado
Costarricense".
105
Pero las medidas tomadas por Carrillo en pro de consolidar la
formación del Estado costarricense le van a costar un importante precio
político, pues crearon un clima adverso a su gestión. No existía en esa
época en Costa Rica un sentimiento de pertenencia nacional y los
adversarios de Carrillo se sumaban, en especial luego de que sus medidas
de disciplina, trabajo y orden golpearan la cultura plebeya de la
población general.
105
Un sector de sus antiguos aliados josefinos vino a ver con agrado
separarlo del poder, aprovechando que uno de los artículos de la Ley de
Bases y Garantías promulgaba la concentración de todos los poderes en el
Jefe de Estado, declarado a su vez inamovible y no sujeto a
responsabilidad. Es así como, tras la decisiva derrota de las fuerzas
federalistas en
Guatemala en 1840, el general
hondureño Francisco Morazán desembarcó en
Caldera en 1842 con un ejército. Apoyado por oficiales que se suponían leales a Carrillo, este fue depuesto y exiliado a
El Salvador, donde murió asesinado tres años después.
106
Inestabilidad política (1842-1849)
¡Hemos venido aquí a pelear y no a pactar!
Rafael Barroeta Baca. 11 de abril de 1842.
nota 2
La década de 1840 se caracterizó por ser de gran inestabilidad
política. Entre 1842 y 1849 entrarán en vigencia cuatro Constituciones
Políticas (la de 1825, restablecida por Morazán, y las de 1844, 1847 y
1848), con la presencia de tres golpes de Estado, y dos renuncias de
gobernantes.
110
La crisis política posibilita el ingreso de los militares en la escena
con un papel protagónico, aunque siempre con la sombra de los civiles en
la toma de decisiones, proceso iniciado con el golpe de Estado
propinado contra
Manuel Aguilar Chacón para colocar en el poder a Braulio Carrillo, y posteriormente con la invasión de
Francisco Morazán para derrocar a Carrillo.
Francisco Morazán desembarcó en
Caldera
al mando de 500 soldados salvadoreños, en abril de 1842. Carrillo mandó
contra él 2000 hombres comandado por el general salvadoreño
Vicente Villaseñor,
quien había sido subalterno de Morazán. Ambos contingentes vinieron a
encontrarse en un sitio cercano a la ciudad de Alajuela llamado El
Jocote, donde Villaseñor y Morazán celebraron un
pacto que entregaba el mando de las fuerzas costarricenses a Morazán, ante lo cual Carrillo cedió el poder y huyó a El Salvador.
111
Morazán fue designado Jefe Provisional del Estado en julio de 1842,
luego de lo cual derogó la Ley de Bases y Garantías y restableció la
constitución de 1825.
El propósito del caudillo hondureño, sin embargo, era convertir a Costa
Rica en base política y militar para lanzar una nueva campaña dirigida a
reconstruir la
República Federal de Centroamérica.
112
Las reclutas y contribuciones forzadas terminaron por enardecer a la
población. En mayo de ese año, el cuartel de Heredia fue asaltado por
rebeldes josefinos, lo que hizo que Morazán emitiera dos decretos de
extremo rigor. En septiembre de 1842, la ciudad de Alajuela se rebeló,
seguida de San José seis horas después. Luego de cruentos combates, los
rebeldes, bajo el mando de
Antonio Pinto Soares, antiguo comandante de Carrillo, y de
Florentino Alfaro Zamora,
lograron que Morazán abandonara el cuartel de San José y huyera a
Cartago, donde fue capturado. El 15 de septiembre de 1842, fue fusilado
tras un juicio sumarísimo, en el sitio que hoy corresponde al Parque
Central de San José. A su lado y por la espalda, como traidor, también
fue fusilado Vicente Villaseñor.
111
Tras la caída de Morazán y un corto periodo bajo el gobierno de Antonio Pinto, asume el poder
José María Alfaro Zamora,
hermano del general Florentino Alfaro, figura militar importante
durante la época. A partir de este momento, los militares se convertirán
en la piedra angular del poder y la estabilidad del gobierno. Se
promulga una nueva Constitución en 1844 que les otorga presencia
política decisiva. En 1846, es electo
Francisco María Oreamuno, que renuncia un mes después, y es llamado a ejercer
Rafael de Gallegos
para un segundo mandato. En 1846, un nuevo golpe militar depondrá a
Rafael de Gallegos, para colocar nuevamente a José María Alfaro en el
poder.
113 José María Alfaro ejerce el poder dos años y lo entrega a
José María Castro Madriz,
quien luego será obligado por los militares a renunciar en 1849. El
periodo de inestabilidad solamente acabará con el ascenso al poder de
Juan Rafael Mora Porras en 1849.
114
Fundación de la República (1848)
"Mi administración no procede de luchas ni se inaugura sobre
las ruinas de ningún partido. Su bandera es la nación y su objeto el
bienestar de toda Costa Rica"
El Dr.
José María Castro Madriz
(1818-1892), Fundador y primer Presidente de la República de Costa Rica
(1847-1849 y 1866-1868). Se le considera "Maestro de la Democracia
Costarricense". Fue declarado
Benemérito de la Patria el 2 de octubre de 1847. Retrato por
Tomás Povedano, óleo sobre tela en la Cancillería de la República de Costa Rica.
Art.1. El título de "Estado" que Costa Rica en la condición de
cuerpo político, soberano e independiente, ha tenido desde la disolución
del Pacto Federal hasta el día, se constituye con el de "República" que
bajo aquella misma condición llevará en lo sucesivo.
Proclamación de la República de Costa Rica. 31 de agosto de 1848.
La
Constitución de 1844, emitida tras la caída de
Francisco Morazán, introdujo un importante cambio político: la emisión del voto directo.
115
Previo a esto, el sistema electoral del país era indirecto, conformado
por tres vueltas de votaciones: en la primera vuelta, los ciudadanos
elegían electores; en la segunda, los electores seleccionaban a otros
representantes, quienes eran los encargados de designar al jefe de
Estado y los diputados en una tercera vuelta.
115
Sin embargo, para poder ejercer el derecho al voto, se debía ser
ciudadano, y para ser ciudadano, la Constitución fijaba una fortuna
personal mínima de 200 pesos.
115 Emitida la Constitución, el periodo provisional de
José María Alfaro Zamora (electo para substituir a Morazán), terminó, y
Francisco María Oreamuno
se convirtió en el primer jefe de Estado electo por votación popular.
Oreamuno, sin embargo, alegando un quebranto de salud, y convencido de
que las fuerzas armadas deseaban deponerlo, renunció un mes después de
haber asumido el cargo. Para substituirlo fue llamado
Rafael de Gallegos. Como Oreamuno sospechaba, en 1846 los militares, con el general
Florentino Alfaro Zamora
a la cabeza, alegaron no estar satisfechos con la nueva Constitución, y
perpetraron un nuevo golpe de Estado, deponiendo a Gallegos y colocando
nuevamente en el poder a José María Alfaro como jefe de Estado
provisional.
114 Una nueva
Constitución, la de 1847, fue promulgada, donde se volvía a un sistema indirecto de elección a dos vueltas, que quedó vigente hasta 1913.
116
Mediante este sistema resultó electo, en 1848,
José María Castro Madriz. Doctor en Derecho y Filosofía de la
Universidad de León,
hombre culto y de excelentes modales, liberal de ideas avanzadas,
contrario a la pena capital y defensor de la libertad de prensa, Castro
había sido Ministro de Estado de José María Alfaro, puesto en el que
había creado, en 1843, la
Universidad de Santo Tomás,
primera universidad del país, así como la Escuela normal de señoritas.
Además, Castro fue fundador de dos periódicos: "El Mentor Costarricense"
(1842) y "El Costarricense" (1847). El 31 de agosto de 1848, se
promulgó una nueva Constitución, en la cual José María Castro declaraba a
Costa Rica una república soberana e independiente de cualquier otro
Estado, nombrándola definitivamente como
República de Costa Rica,
convirtiendo a Castro Madriz, con tan solo veintiocho años de edad, en
su primer presidente y el costarricense más joven de la historia en
ocupar dicho cargo. El 29 de septiembre de 1848, Castro también promulgó
los símbolos nacionales: la
bandera y el
escudo.
La bandera nacional tricolor, que se mantiene hasta la actualidad, se
izó por primera vez el 12 de noviembre de 1848, y fue obra de la esposa
de Castro Madriz,
Pacífica Fernández Oreamuno, quien la realizó inspirándose en la bandera de
Francia.
El escudo nacional, por su parte, ha sufrido algunas variaciones a lo
largo de la historia, aunque en esencia mantiene muchos de sus elementos
originales.
117
La Constitución de 1848 estableció un Poder Ejecutivo fuerte frente al
Legislativo, lo que le permitió al país adquirir agilidad para nombrar
funcionarios públicos, acelerando la centralización del poder y el
camino del país en su conversión hacia un Estado moderno.
114
No obstante, la misma Constitución que declaró a Costa Rica república
también introdujo una serie de cambios en el sistema de elecciones,
aumentando los requisitos para ejercer la ciudadanía, lo que significó
un despojo de la misma para muchos costarricenses, y la veda para
ejercer la categoría de electores a muchos otros.
118
Una serie de conspiraciones comenzaron a acumularse contra el Dr.Castro
Madriz. Se descubrió un plan para derrocarlo, en el que estaba
implicado el ex-jefe de Estado José María Alfaro, que fue condenado al
exilio en el pueblo de Térraba, en el sureste del país. Un nuevo intento
de revolución estalló en Alajuela mientras Castro Madriz se encontraba
en Puntarenas, el cual fue sofocado por el vicepresidente
Juan Rafael Mora Porras.
Al descontento popular y las diferencias con sus enemigos, se sumó una
caída en los precios internacionales del café, lo que agregó una crisis
económica a la crisis política existente. Presionado por los militares,
José María Castro Madriz se vio obligado a renunciar a su cargo, siendo
sucedido por Juan Rafael Mora Porras en 1849. En ese año, el Congreso le
confirió a Castro el título de "Fundador de la República".
El café como motor del desarrollo nacional (década de 1840)
En la cima de la barranca llegamos a una gran meseta cubierta de
los ricos cafetales de San José... El verde oscuro de las plantaciones
de café, el césped de los caminos, y las vistas por entre los árboles en
todas las encrucijadas eran preciosos... Siete años antes toda la
llanura era un desierto.
Café maduro en sus bandolas, listo para las cogidas.
Costa Rica conoció el café a finales del siglo XVIII y fue el primer
país en Centroamérica en desarrollar este cultivo, llegando a
constituirse en el elemento que permitió al país incorporarse en el
mercado mundial, situación de la que tanto careció durante la Colonia y
que impidió su desarrollo durante ese periodo. El primer registro que se
tiene de la introducción del grano data de 1791, cuando un comerciante
panameño, Agustín de Gana, envió al gobernador español de Costa Rica,
José Vázquez y Téllez, dos libras de café para probar cómo se
desarrollaba este cultivo en suelo costarricense. A partir de 1808, el
gobernador
Tomás de Acosta y Hurtado de Mendoza
decidió impulsar el cultivo del café en los fértiles suelos volcánicos
del Valle Central. En 1816, el presbítero Félix Velarde se convirtió en
el primer cultivador del grano, al sembrar un solar con cafetos en su
propiedad. Luego de su muerte, legó las semillas a sus vecinos
invitándolos a sembrarlas.
El cultivo del café se centró primeramente en la región de
San José.
El primer cafetal estuvo 100 metros al norte de la Catedral
Metropolitana, en el cruce de la Avenida Central y calle Cero. Luego de
la independencia en 1821, el gobierno introdujo varias políticas que
impulsaron la industria cafetalera, entre ellas, la concesión de tierras
para siembra de café y la entrega de plantas de este cultivo a
agricultores interesados en producir. Los jefes de Estado
Juan Mora Fernández y
Braulio Carrillo Colina
apoyaron la actividad cafetalera y vieron en el café el producto que
generaría un movimiento económico para beneficiar la economía nacional.
El café estimuló la construcción de la carretera al Atlántico para tener
una ruta directa hacia los puertos británicos, ya que el mercado inglés
se vislumbraba como el más importante para exportación. Para 1821 se
contaba con 17 mil cafetos en producción. Entre los años 1830 y 1840,
productores como Mariano Montealegre vieron la oportunidad económica que
les ofrecía este nuevo cultivo y empezaron a invertir en la producción
interna de café. La colonización agrícola llevó el cultivo fuera de los
límites josefinos: a partir de 1830, jóvenes parejas campesinas
empezaron a colonizar tierras vírgenes al occidente del Valle Central.
Para 1850, los cafetales se habían extendido a los entornos de Alajuela,
Cartago y Heredia. En 1860, el cultivo del grano se había desplazado a
los territorios entre Alajuela y
San Ramón. Treinta años más tarde, se extendía a los valles del
Reventazón y
Turrialba, impulsado por la construcción del ferrocarril al Atlántico. Para 1930, se sembraba café en
San Carlos,
Nicoya y
Tarrazú.
120
Fotografía de finales del siglo XIX que retrata a los recolectores de café en Costa Rica.
El 12 de octubre de 1820, en el buque Nuestra Señora se exportó del puerto de
Puntarenas
hacia el Perico en Panamá un quintal de café, el primero de la historia
nacional. En 1832, George Stiepel, comerciante alemán radicado en Costa
Rica, hizo la primera venta a Inglaterra, exportando un cargamento por
medio de Chile. La década de 1840 fue la del despegue económico. En el
año de 1841, el capitán inglés
William Le Lacheur,
que se dedicaba a traer mercancías desde Inglaterra a Centroamérica y
se llevaba de vuelta a Londres añil y algodón, se enteró de la
producción del café y desvió la ruta de regreso de su buque
Monarch
a las costas del Pacífico costarricense, acordando con el cafetalero
Santiago Fernández Hidalgo la primera venta directa entre Puntarenas y
Londres por 5.505 quintales de café. El floreciente negocio cafetalero
condujo al establecimiento de compañías comerciales que exportaban el
café a Europa y al mismo tiempo importaban del viejo continente
mercancías manufacturadas: máquinas de moler maíz y trigo, planchas de
hierro, etc, que comercializaban en suelo costarricense. Entre estos
jóvenes emprendedores se destacaron
Juan Rafael Mora Porras
y Vicente Aguilar. Las exportaciones de café pasaron de 13 471
quintales en 1840 a 96 544 en 1848. El café llegó a representar el 90 de
las exportaciones de Costa Rica en 1850.
Las carretas como arte están vinculadas al café dentro de la "cultura
del café" de Costa Rica. Es trabajo y arte que tienen una tradición que
data de más de tres siglos.
La actividad cafetalera dinamizó la vida económica y social de Costa Rica.
121
La riqueza que deparó su venta permitió importar modas nuevas y
tecnologías útiles, estimuló la apertura de vías de comunicación y
diversificó el comercio interno. Luego de la caída de Carrillo en 1842,
se dejó de realizar el comercio por el puerto de
Sarapiquí
en el Atlántico, con la suspensión de la construcción del Camino de
Carrillo. Las exportaciones comenzaron a hacerse por el Pacífico,
concluyéndose la construcción del camino de Puntarenas en 1846. Las
consecuencias económicas de las exportaciones permitieron la
transformación de una economía de subsistencia a una monetarización de
los mercados. El café enriqueció a un amplio espectro de pequeños y
medianos productores agrícolas que, aparte de ser dueños de su cafetal,
prosperaron con la venta de víveres y con el transporte en carreta del
grano desde el Valle Central hasta Puntarenas, cuyo casco urbano creció
con la expansión vertiginosa del comercio exterior. Gracias a las
ganancias del café se desarrollaron la
Universidad de Santo Tomás,
la educación pública, los primeros periódicos, las primeras librerías y
los hijos de los grandes productores se fueron a estudiar a Europa. Se
crearon las primeras grandes infraestructuras viarias y edificios clave
como el
Teatro Nacional de Costa Rica (1897) y el
Hospital San Juan de Dios (1848).
Los efectos sociales y políticos del auge cafetalero fueron visibles desde temprano.
122
Se consolidó una burguesía agroexportadora, en la cúspide de la
jerarquía social, que encontró con el café una temprana fuente de
estabilidad y riqueza que consolidó su poder. Entre estos cafetaleros se
pueden citar los nombres de Florentino Castro, las familias
Montealegre, Ortuño, Bonilla, González Flores, Mora, Tinoco e Yglesias.
También había extranjeros:
Hippolyte Tournón,
Emile Challe, Buenaventura Espinach, los hermanos Lindo, Jorge Seevers,
Max Koberg, los hermanos Rohrmoser, la familia von Schroter, Wilhelm
Peters, Juan y Adolfo Knöhr, Juan Dent, y Julio Sánchez Lépiz. No
obstante, también hubo perdedores, sobre todo los campesinos pobres, que
se vieron perjudicados con la privatización de la tierra y se volvieron
trabajadores asalariados; y los indígenas asentados en el Valle
Central, que se vieron desplazados y obligados a penetrar en las
montañas, sobre todo en
Talamanca, en un proceso que los condenó a un porvenir de exclusión y olvido.
122
Luego de una pequeña crisis en los precios del grano entre 1847 y
1849, los elevados precios del café prevalecieron durante el siglo XIX, y
a la altura de 1850 el futuro de la joven nación se vislumbraba
brillante. El cultivo del café a partir de mediados del
siglo xix
tuvo consecuencias sociales y culturales diferenciadas que funcionaron
como parte de la construcción de la identidad nacional. El café se
convirtió en un agente civilizador, en el "grano de oro", dado que la
prosperidad obtenida de su comercio se transformó en progreso económico y
avances sociales, que luego fortalecieron el proceso de idealización y
construcción de identidades. La sociedad costarricense, con casi 100 000
habitantes, se volvía cada vez más compleja y diversa, aunque mejor
integrada y económicamente más dinámica.
123
El Estado Oligárquico (1849-1870)
Las tres primeras décadas de existencia independiente de Costa Rica
se caracterizaron por un clima de inestabilidad, producidos por asuntos
que iban desde dónde estaría la capital hasta luchas entre las facciones
políticas, con una década de 1840 especialmente turbulenta. En el lapso
de nueve años siete personas ocuparon el cargo de Jefe de Estado y casi
todas tuvieron que abandonarlo por golpe de Estado o renuncia forzada.
Es por eso que el periodo comprendido entre 1849 y 1870 reviste especial
importancia, por los avances significativos hacia la
institucionalización de la autoridad, la consolidación del estado y la
centralización del poder, en detrimento de los localismos.
La inserción de Costa Rica en el mercado mundial tuvo consecuencias
económicas, políticas y sociales muy importantes, permitiendo el
desarrollo de un capitalismo agrario que afectó el uso de la tierra, del
capital y de la fuerza de trabajo. La actividad cafetalera demandó para
su desarrollo la búsqueda de soluciones para problemas como la falta de
vías de comunicación, la escasa y dispersa población, la existencia de
pequeños y aislados mercados, y la poca circulación de dinero, la
creación de condiciones de estabilidad política para atraer capitales
extranjeros que contribuyeran a la construcción de infraestructura, y la
llegada de inmigrantes para satisfacer la demanda de mano de obra para
la agricultura.
Los gobernantes de este periodo se caracterizaron por su búsqueda del
progreso, entendido como la adquisición de las características que
distinguían a las sociedades desarrolladas de la época: Inglaterra,
Francia y Estados Unidos. Estas naciones se convirtieron en modelos a
imitar, por lo que se adoptaron sus estilos de vida, patrones de
consumo, costumbres, ideologías. Se dio un énfasis importante en el
desarrollo de la educación pública. La construcción de infraestructura,
caminos, ferrocarriles, puertos, el alumbrado público, cañerías y
alcantarillas fueron interpretadas como manifestaciones de civilización.
Para lograr la institucionalización del Estado, se aplicaron medidas
destinadas a fortalecer al Poder Ejecutivo por encima de los otros
poderes. La Constitución promulgada en 1847 sentó las bases al ampliar
el periodo presidencial a seis años y autorizar la reelección
indefinida. También incrementó los poderes del mandatario: nombramiento
de ministros, gobernadores, comandantes generales, jueces y oficiales
subalternos, decisiones que antes tomaba el Senado. Además, el Ejecutivo
adquirió la posibilidad de promulgar leyes o vetarlas. El Poder
Legislativo vio reducido el número de diputados a diez, y además, la
Asamblea sería presidida por el vicepresidente de la República. La
justificación de estas medidas era que el Poder Ejecutivo no podía
permanecer estático a expensas de que el Legislativo le mandara las
leyes para ejecutarlas. Fueron vitales la modernización del ejército y
las reformas en búsqueda de aumentar las rentas públicas y mejorar la
capacidad del Estado en la adquisición de recursos.
Para su estudio, el periodo comprendido entre 1849 y 1870 se ha dividido en tres etapas:
La década de Juan Rafael Mora Porras (1849-1859)
Todos los costarricenses son buenos, pero el presidente Mora es el mejor ciudadano de Costa Rica.
Félix Belly.
El istmo centroamericano, 1858. En Zeledón Cartín. pp.82-83.
nota 3
125
Juan Rafael Mora Porras
(1814-1860). Comerciante cafetalero, hombre de negocios y político
josefino. Presidente de la República en tres ocasiones entre 1849 y
1859.
Benemérito de la Patria por sus aciertos en el manejo del Estado, Héroe y Libertador nacional por su liderazgo en la decisiva
Campaña Nacional de 1856-1857. Se le considera una de las figuras más trascendentales de la historia de Costa Rica.
La renuncia de José María Castro Madriz a la presidencia en 1849
cerró el periodo de inestabilidad que se había iniciado en 1842 con el
golpe de Francisco Morazán y la caída de Braulio Carrillo. El poder lo
tomó quien fuera su vicepresidente,
Juan Rafael Mora Porras,
hombre eclético y pragmático, de carácter fuerte. A muy temprana edad,
se hace cargo de su familia tras la muerte de su padre. Desde su tienda
en el parque central de San José, donde se dedica al comercio minorista,
tiene contacto con el costarricense de la calle, lo que le permite
entender la psicología y la realidad de sus compatriotas, que le
llevarán a ejercer tres veces la primera magistratura. Próspero hombre
de negocios, fue uno de los principales comerciantes y mayores
productores de café, el primer aristócrata de la consolidada oligarquía
cafetalera en llegar al poder. Mora es hombre de mundo: con 36 años, ha
realizado al menos seis viajes en barco de vela a distintos puntos del
globo, ha establecido relaciones con importantes hombres de América y
con comerciantes europeos como el naviero anglonormando
William Le Lacheur,
entre otros. Su carrera política la inicia en 1846, primero como
constituyente para 1847, y luego como parlamentario, donde resulta
electo para ejercer la vicepresidencia durante el primer gobierno de
José María Castro. Durante este tiempo, debe enfrentar un intento de
golpe contra el gobierno el 28 de marzo, mientras el presidente se
encuentra en Puntarenas. En 1849 renuncia a su cargo de vicepresidente,
pero es nuevamente llamado a ejercer luego de la renuncia de Castro. En
diciembre de 1849, es electo popularmente presidente de la República, y
será reelecto por sexenios en 1853 y 1859. Al asumir el poder, Mora
cuenta con una amplia visión de mundo, superior a la media de los
políticos de su época.
126
La década de Juan Rafael Mora fue de excepcional progreso, por lo que algunos historiadores la han llamado "la era morista".
127Los
diez años de gobierno de Juan Rafael Mora se caracterizaron por un
fortalecimiento en la capacidad del país de generar los recursos
necesarios para el cumplimiento de las funciones del Estado. Se
fortaleció el poder central del Estado, se reorganizaron las fuentes de
ingreso del Gobierno, se desarrollaron instituciones jurídicas y
políticas, se ampliaron las capacidades de maniobra del aparato estatal y
se expandió la agricultura y el comercio internacional como fuente de
riqueza económica. El aumento en la adquisición de recursos hizo posible
la construcción de caminos y obras de infraestructura, a la vez que se
aumentó el gasto en lo militar y en el nombramiento de funcionarios
públicos. Las medidas tomadas para obtener estos recursos se centraron
en el reforzamiento de los monopolios del licor y el tabaco, que
generaban el grueso de los ingresos del erario público. En julio de
1850, Mora emitió un decreto que prohibía la destilación privada de
licor, estableciendo la creación de la Fábrica Nacional de Licores,
medida que resultó ser muy eficaz en aumentar las rentas públicas
derivadas de la venta del licor. Las ganancias obtenidas por la Fábrica
Nacional de Licores fueron suficientes para cubrir los gastos básicos
del gobierno y mejorar el camino a Puntarenas, por donde se exportaba el
café.
128
El crecimiento del aparato estatal demandó la obtención de recursos
adicionales, por lo que la creación de una infraestructura financiera se
tornó indispensable. En 1857, Mora impulsó un proyecto para establecer
el
Banco Nacional, primer banco estatal, creado con capital mixto y capacidad de negocios en el exterior,
129
que abrió en 1858, pero tuvo una vida efímera de 8 meses, debido a la
quiebra de la casa comercial inglesa depositaria del capital inicial de
la entidad.
130
Otro punto importante fue el control y fortalecimiento del ejército.
Al asumir la presidencia, Juan Rafael Mora puso énfasis en la creación y
conservación de la estabilidad política que el país requería para
desarrollarse. Las exportaciones de café se convirtieron en la médula de
la economía nacional, lo que a su vez desató un flujo continuo de
progreso material, para lo cual era indispensable establecer el orden
público. Para lograr este objetivo, su gobierno inició con reformas
importantes en la organización del ejército, cuya poca disciplina fue
señalada como la causa de la inestabilidad política vivida en la década
de 1840. Visualizándolo como una amenaza continua para cualquiera que
ocupara la silla presidencial, tomó una serie de medidas para ponerlo
bajo la autoridad del Poder Ejecutivo, al mismo tiempo que lo fortalecía
ante las eventualidades que el país enfrentaría más tarde en el plano
internacional. Por esta razón, Mora estableció en 1850 un segundo
cuartel en San José, el Cuartel de Artillería, con el objetivo de evitar
la concentración de la fuerza militar en un solo sitio y bajo un solo
comandante. Esto le valió la sublevación del jefe del Ejército,
Comandante
José Manuel Quirós,
que lo amenazó con un golpe de Estado y organizó una revuelta. El
movimiento fracasó y Quirós fue exiliado con sus partidarios, lo que
hizo que Mora adquiriese el control absoluto sobre los cuarteles, que
confió a su hermano
José Joaquín Mora Porras y a su cuñado el general salvadoreño
José María Cañas.
A partir de este momento, se tomaron medidas para favorecer el
entrenamiento de las tropas para crear un ejército profesional con buen
equipamiento. Se dejó atrás el código colonial español y se trajeron
expertos europeos que aplicaron la disciplina y táctica militar inglesa,
alemana y francesa, a la vez que se modernizó el armamento nacional
comprando en Inglaterra importantes cantidades de pertrechos y
municiones. El número de soldados fue incrementándose continuamente de
unos pocos cientos a 9.000 hombres a inicios de 1856.
131
Con el objetivo de favorecer la expansión económica con la
exportación del café, el presidente Mora impulsó políticas orientadas a
la construcción y mejoramiento de caminos y puertos, contratos de
navegación, código de comercio, firma de tratados, habilitaciones,
creación del primer banco estatal, venta de terrenos y otros. Para
sustentar su comercio exterior, Costa Rica exporta su café
principalmente a Inglaterra, país del que proviene un 70% de las
importaciones, mientras que apenas un 7% proviene de Estados Unidos.
Para 1855, las rentas de Costa Rica pasaron de 15 000 a 500 000 pesos.
127
En el plano político internacional, se da el reconocimiento del país
como estado independiente en el exterior con el establecimiento de
relaciones internacionales con Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y
España. En 1852, Mora encarga la creación del
Himno nacional de Costa Rica a
Manuel María Gutiérrez Flores,
para recibir a delegados de Gran Bretaña y Estados Unidos, siendo
entonado por primera vez el 11 de junio de dicho año. Mediante su
embajador en Washington, Mora está al tanto de las políticas
internacionales de aquella nación, lo que le permitirá tomar decisiones
para posteriormente defender la soberanía nacional.
A inicios de la década, San José, de apenas 15 000 habitantes, empezó
a perder deprisa el perfil de aldea que había tenido durante la
colonia, para irse convirtiendo rápidamente en una urbe.
132
El casco josefino experimentó un crecimiento en su infraestructura y
servicios, con la construcción de edificios de dos pisos y de aceras,
instalación del alumbrado público, funcionamiento de diligencias,
apertura de oficinas, farmacias y tiendas.
133
El presidente Juan Rafael Mora, contando con la asesoría y capacidad
técnica de algunos ciudadanos europeos, hizo construir importantes
edificaciones como el
Palacio Nacional de Costa Rica, la
Universidad de Santo Tomás, el Teatro Mora, el
Hospital San Juan de Dios y la Fábrica Nacional de Licores.
134 Se fomentó el desenvolvimiento de la salud pública, la educación y la cultura.
127 En el puerto de Puntarenas, el casco urbano creció con la expansión vertiginosa del comercio exterior.
135
El futuro de Costa Rica, a la altura de 1850, se vislumbraba
promisorio, con una sociedad más compleja y diversa, mejor integrada,
más desarrollada y dinámica, y con una buena base económica. El
porvenir, no obstante, fue trágico en el corto plazo, a partir de los
hechos que comenzaron a gestarse en 1854 en la vecina Nicaragua.
La Campaña Nacional de 1856-1857
"Los pueblos que no defienden lo suyo, terminan siendo inquilinos en su propio país".
|
En 1854 estalló en
Nicaragua una guerra civil que enfrentó a dos bandos por el control del país: el partido conservador, asentado en
Granada, y el partido liberal, con capital en
León. En 1855, el bando liberal contrató a un mercenario estadounidense (un
filibustero, en el lenguaje de la época) cuya experiencia le permitiese derrotar a sus rivales. El 16 de junio de 1855,
William Walker desembarcó en el puerto de
El Realejo
al mando de 56 expedicionarios (la llamada Falange Americana) y,
durante el siguiente año, ya fuese por la fuerza militar o mediante
artimañas, tomó control del país, llegando a proclamarse incluso
presidente del mismo. Para atraer más filibusteros, sobre todo del sur
de los Estados Unidos, Walker emitió un decreto de colonización y otro
de esclavitud. La presencia de William Walker en Nicaragua significaba
un peligro para integridad territorial de Costa Rica y esto supo
visualizarlo el presidente Mora. Aunque se ha afirmado que desde un
inicio su interés era establecer una república esclavista en
Centroamérica, al estilo de los
Estados Confederados de los Estados Unidos, en lo inmediato el objetivo de William Walker era dominar la vía del Tránsito, conformada por el
río San Juan, el
lago de Nicaragua y el istmo de
Rivas,
puntos estratégicos para construir un canal interocéanico que acortara
el viaje entre el este y el oeste de los Estados Unidos,
132
así que Walker expropió la vía del tránsito en beneficio de sus
aliados. Dicho proyecto implicaba la pérdida, por parte de Costa Rica,
de todo el territorio norte del país, pues Walker hacía reclamaciones
sobre la totalidad de las llanuras de
Sarapiquí y la provincia de
Guanacaste.
A esto hay que sumar también los intereses geopolíticos de las
potencias de la época, sobre todo Gran Bretaña y Estados Unidos,
determinadas a controlar dicha vía. Todos estos hechos sirvieron de
impulso para el conflicto armado que el presidente Mora llamó "la
Campaña Nacional", pues en ella veía que Costa Rica se jugaba su propia
existencia como nación independiente.
En
Juan Rafael Mora,
Walker encontró a su más fiero oponente. El presidente costarricense
apeló a los gobiernos y sociedades del resto de Centroamérica para sumar
fuerzas y expulsar al invasor, aunque la inminencia de la amenaza
motivó que Costa Rica cargara inicialmente con el peso de la lucha. Mora
emitió dos proclamas llamando a los costarricenses a las armas, las
cuales fueron seguidas por un edicto del primer obispo de Costa Rica,
Anselmo Llorente y Lafuente,
en el mismo sentido. El ejército regular de Costa Rica fue llamado y
complementado con milicias campesinas y artesanas, y partió hacia el
norte del país para enfrentar al enemigo, con el presidente Juan Rafael
Mora y los generales
José Joaquín Mora Porras y
José María Cañas
a la cabeza. El 20 de marzo de 1856, los costarricenses expulsaron del
territorio nacional una avanzada de filibusteros al derrotarlos en la
batalla de Santa Rosa, en
Guanacaste.
136 Más tarde, el 10 de abril, una segunda batalla se dio entre tropas de ambos bandos en
Sardinal.
137
El 11 de abril de 1856, las principales fuerzas de Walker asaltaron la
ciudad de Rivas, Nicaragua, a donde el ejército expedicionario
costarricense había arribado unos días antes. Tras una cruenta
batalla
de varias horas, en la que se dieron muchos actos de heroísmo, el más
recordado, el incendio de un mesón donde se habían refugiado los
filibusteros, por parte del soldado alajuelense
Juan Santamaría,
138 los costarricenses lograron hacer que el enemigo se retirase,
139
sin embargo, al día siguiente, la aparición de una epidemia de cólera
obligó el regreso a Costa Rica. Esto hizo que la infección se extendiera
al resto del país, cobrando la vida de alrededor de 10 000 personas, el
10% de la población nacional.
138
Tras un breve periodo fuera de la guerra, durante el cual se sumaron
al conflicto los ejércitos del resto de los países centroamericanos, en
diciembre de 1856 Costa Rica volvió a las armas, esta vez con el
objetivo de dominar la ruta del San Juan, mediante la cual Walker
recibía refuerzos y suministros. Esta segunda campaña, denominada
Campaña del Tránsito, y encomendada al general
Máximo Blanco, se escenificó con combates principalmente en el río San Juan: combate de
La Trinidad (22 de diciembre de 1856), toma de los vapores del río San Juan (diciembre 1856-enero 1857), toma del
Castillo Viejo (24 de diciembre de 1856), combate de las islas
Ometepe
(1 y 2 de diciembre de 1856), toma del fuerte San Carlos (30 de
diciembre de 1856), toma del vapor San Carlos (3 de enero de 1857),
batalla de San Jorge (28 de enero de 1857), segunda batalla del Castillo
Viejo (22 de febrero de 1857) y dos batallas más en Rivas (23 de marzo y
11 de abril de 1857).
140
Al arrebatarle el control de la vía del tránsito, y asediado en Rivas
por los ejércitos centroamericanos, William Walker se vio obligado a
capitular el 1 de mayo de 1857, y se entregó al capitán Charles H.Davis,
de la marina estadounidense, partiendo pocos días después hacia los
Estados Unidos. No obstante, Walker intentaría retomar su causa
filibustera y regresar a Centroamérica en varias ocasiones. En su último
intento, fue capturado y fusilado en 1860, en
Trujillo,
Honduras.
Combate de La Angostura, óleo sobre tela, de Lorenzo Fortino (1860). Museo Histórico Cultural Juan Santamaría, Alajuela, Costa Rica.
La Campaña Nacional de 1856-1857 tuvo profundas consecuencias en
todos los ámbitos de la realidad nacional de Costa Rica. En lo social,
la Campaña Nacional llegó a convertirse en sinónimo de lucha por la
libertad, con el mismo significado de una guerra por la independencia,
dado que el país vio amenazada su propia existencia, su integridad
territorial y su cultura. Esto sirvió para fortalecer el patriotismo,
reforzando la identidad colectiva entre los costarricenses, otorgándole
rasgos mejor definidos a la nación. Por estos motivos, se considera a la
Campaña Nacional como vital en el proceso de formación de la identidad
nacional y básica para la conformación de Costa Rica como estado-nación.
Es la coyuntura más trascendental en la construcción de la nacionalidad
costarricense.
No obstante, en otros aspectos, la caída demográfica producto de la
guerra, principalmente secundaria a la peste del cólera, sumado a los
enormes gastos militares, terminaron provocando una crisis económica de
la que el país no empezó a recuperarse sino hasta luego de 1859. La
actividad cafetalera fue afectada por la carestía de trabajadores y la
contracción del crédito que resultó de la guerra.
138
El financiamiento y la defensa de Mora sobre la necesidad de la Campaña
Nacional terminó afectando negativamente los intereses del resto de la
élite de cafetaleros y comerciantes, puesto que buena parte de la
campaña tuvo que ser financiada con empréstitos forzosos y otras
contribuciones. Sumó también la amenaza de una nueva guerra, esta vez
contra Nicaragua, que finalmente no se produjo gracias a la firma del
Tratado Cañas-Jerez
el 15 de abril de 1858, que delimitó la frontera entre ambos países.
Las decisiones del presidente de encarcelar y desterrar a sus
opositores, como el expresidente Castro Madriz o el obispo Llorente y
Lafuente, sumaron también en su contra. Todo esto llevó a un
levantamiento militar el 14 de agosto de 1859, luego de que Mora había
ganado la elección para un tercer periodo.
141
De la caída de Mora a la caída de Jiménez (1860-1870)
Los generales
Máximo Blanco (izquierda) y Lorenzo Salazar controlaron trasbambalinas el poder político de Costa Rica entre 1860 y 1870.
El golpe de Estado contra Juan Rafael Mora fue llevado a cabo por el
mismo ejército que había diseñado para afianzar al Ejecutivo, encabezado
por los generales Lorenzo Salazar y Máximo Blanco, que habían tenido
destacada participación en la guerra, y cuyas figuras fueron dominantes
en la política nacional en el siguiente decenio. Luego de la caída de
Mora y por los próximos diez años, los militares se convirtieron en
factor clave en las luchas intraoligárquicas del periodo. Estos dos
comandantes, al respaldar a una de las facciones en pugna, inclinaron la
balanza del poder en su favor permitiéndoles salir vencedores, con la
constante amenaza del uso de la fuerza contra el presidente en ejercicio
o contra una facción que se opusiera a sus designios.
142
La Campaña Nacional tendría un epílogo sangriento: Mora, derrocado,
exiliado en El Salvador junto a su hermano José Joaquín y el general
Cañas, intentó recuperar el poder por la fuerza desembarcando en
Puntarenas junto a unos pocos leales, donde las fuerzas del gobierno lo derrotaron en la
batalla de La Angostura
el 28 de septiembre de 1860. Tras una corte militar con juicio oral y
sumario, Juan Rafael Mora fue fusilado el 30 de septiembre de 1860. El 2
de octubre de 1860 fue fusilado, en el mismo lugar, el general José
María Cañas. En la actualidad, ambas ejecuciones se han calificado como
crimen de Estado.
143
José María Montealegre Fernández
(1815-1887) fue Presidente entre 1859 y 1863. Primer médico y cirujano
costarricense graduado en Europa, fue también comerciante cafetalero.
Hombre cultivado, de espíritu liberal y progresista, educado a la
inglesa, se esmeró en gobernar decentemente y en sostener las libertades
y derechos de los ciudadanos en la difícil década de 1860.
A Mora lo sucedió el Dr.
José María Montealegre Fernández, quien llamó a elecciones para una Asamblea Constituyente, que redactó la
Constitución de 1859,
de carácter liberal. La nueva Constitución redujo el periodo
presidencial a tres años y prohibió la reelección inmediata, implantó un
sistema de designados a ejercer la primera magistratura en ausencia del
presidente, elegidos por el Poder Legislativo, y reorganizó la
conformación del Congreso y el Poder Judicial. Lejos de crear
condiciones de estabilidad política, estos cambios provocaron un clima
de constante efervescencia, motivado por el acortamiento del periodo
presidencial, debido a que, casi inmediatamente después de elegido el
presidente, comenzaba la ardua lucha electoral entre los candidatos a
sucederlo. La década de 1860 se convirtió en un periodo de pugnas dentro
de la élite, con presencia de choques por intereses económicos,
ideológicos y ambiciones personales, y de activa intervención de los
militares para resolver los conflictos.
144
Entre 1860 y 1870, las facciones rivales, personificadas por los
liberales de la familia Montealegre, principales accionistas del
Banco Anglo Costarricense
(1864), de fuerte capital británico, y los conservadores en torno a las
familias Yglesias y Tinoco, apoyados por la Iglesia Católica, apelaron
intermitentemente al cuartelazo para desplazar a sus competidores y
dominar el Estado, política poco profesional que era incapaz de darle
coherencia y dirección a la economía nacional.
145
"El pueblo que tenga más y mejores escuelas, será el mejor de los pueblos."
Jesús Jiménez Zamora (1823-1897) fue presidente en 1863-1866 y 1868-1870. Médico graduado de la Universidad de
San Carlos Borromeo.
Destacado como uno de los mandatarios más notables de Costa Rica, puso
énfasis en la educación pública y gran empeño en la apertura de vías de
comunicación. Es
Benemérito de la Patria desde 1886.
Para superar la situación de estancamiento, en 1863 ambas facciones acordaron proponer a
Jesús Jiménez Zamora
como candidato de compromiso para suceder a Montealegre. El gobierno de
Jiménez se caracterizó por una vuelta a la centralización del poder. El
1 de agosto de 1863, al poco tiempo de ser elegido, Jiménez disolvió el
Congreso y llamó a nuevas elecciones legislativas, esta vez con
miembros afectos al régimen. Jiménez también se granjeó el apoyo de los
militares con la compra de armamento, con lo que pudo terminar su
periodo en 1866 a pesar de los rumores de un golpe de Estado.
146
En 1866,
José María Castro Madriz,
que había logrado cohesionar a ambas facciones en su favor, fue electo
para su segundo mandato. Su segunda administración se caracterizó por su
respeto a la constitucionalidad y la división de poderes, por lo que
prevaleció un clima de apertura, tolerancia y libertades. Impulsó la
creación de un banco para garantizarle al gobierno la adquisición de
recursos para la construcción de obras públicas y promover el comercio y
la agricultura, golpeados por la caída de los precios del café. El
Banco Nacional de Costa Rica,
de capital mixto, dio importante respaldo financiero al Estado como
institución emisora y crediticia por espacio de 10 años, al final de los
cuales cerró sus puertas al vencer el contrato de operaciones y no ser
este renovado.
147
La segunda administración de Castro Madriz fue fecunda en obras
materiales e iniciativas para el desarrollo: abrió el comercio exterior
por la bahía de
Limón, creó el segundo banco nacional y estableció la primera línea telegráfica entre
Cartago y
Puntarenas.
La actitud conciliadora de Castro, propiciadora del debate y de crear
condiciones para la libre expresión, agitó el clima político.
Aparecieron gran cantidad de periódicos, muchos propiedad de sus
adversarios, que se dedicaron a atacar su gobierno y al candidato del
partido oficial, el ministro de hacienda
Julián Volio. Las expectativas de triunfo de los opositores de Castro se cayeron con la renuncia de su candidato,
Francisco Montealegre,
lo que los empujó a negociar con los militares para derrocar al Dr.
Castro Madriz. En noviembre de 1868, los generales Blanco y Salazar
depusieron a Castro y fue llamado de nuevo al poder Jesús Jiménez
Zamora.
148
Jiménez asumió en 1868, y casi inmediatamente, emitió un decreto que
colocó al ejército bajo la autoridad del ministerio de Guerra, para
luego destituir a los generales Blanco y Salazar. Fortalecido el
Ejecutivo, con el ejército subordinado, Jiménez se asentó con confianza
en el mando. Convocó una nueva constituyente, que emitió la
Constitución de 1869,
llamó a elecciones, donde resultó ganador, y consiguió del Congreso
facultades omnímodas para hacer frente a los problemas del país y
promover el progreso y bienestar. Jiménez continuó sus esfuerzos
iniciados en su anterior administración, en fortalecer la educación
pública y vigorizar la economía, creando escuelas y casas de enseñanza y
abriendo caminos. Declaró la enseñanza primaria gratuita y obligatoria,
y trajo profesores europeos para orientar la educación costarricense
con bases sólidas, además de reformar la
Universidad de Santo Tomás,
crear el Registro Público, abrir la carretera nacional a Puntarenas, y
emitir una ley de vagos para mantener a los ciudadanos activos. No
obstante, también persiguió a sus opositores políticos, a quienes detuvo
o exilió, lo que le fue granjeando un cada vez mayor número de
enemigos. El 27 de abril de 1870, fue depuesto por un golpe de Estado
efectuado por el coronel
Tomás Guardia Gutiérrez.
149
El Estado Liberal (1870-1930)
La transformación política del país comenzó bajo el mandato de
Tomás Guardia Gutiérrez (1870-1882). Su régimen, así como los de sus sucesores
Próspero Fernández Oreamuno (1882-1885) y
Bernardo Soto Alfaro
(1885-1889) fueron de carácter autoritario, sin embargo, permitieron la
expansión de la administración pública y la configuración de un círculo
de políticos e intelectuales de orientación reformista, con ideas
progresistas y liberales. El propósito principal de este grupo,
denominado "
El Olimpo"
por la arrogancia con la que impulsaron sus reformas liberales, era
modernizar el Estado y la sociedad, para lo cual fomentaron la extensión
de valores como el patriotismo, el capitalismo, la ciencia, la
educación, la salud y la higiene.
150
Bajo el mandato de
Tomás Guardia Gutiérrez
(1870-1882), Costa Rica se benefició de grandes inversiones extranjeras
en las vías férreas y otros equipamientos públicos. La implantación en
el país de la
United Fruit Company,
permitió la explotación de las llanuras costeras en la zona sur del
país, pero también el desarrollo de vías férreas, así como de otras
infraestructuras, esto gracias a
Minor Cooper Keith, quien por arreglos con el gobierno de
Próspero Fernández Oreamuno casado con Cristina Guardia Gutiérrez, hermana de
Tomás Guardia Gutiérrez,
se benefició con 3200 km² de territorio costarricense y libres de
impuestos a cambio de sus servicios. A la vez dicho desarrollo convirtió
al país en un estado más dependiente de los mercados y los capitales
extranjeros, lo que al mismo tiempo ayudó al país en caer en banca rota.
Se deja en evidencia los inicios de la corrupción por tráfico de influencias, ya que
Minor Cooper Keith estaba casado con Cristina Castro Fernández, hija del primer presidente de Costa Rica,
José María Castro Madriz casado con a su vez con
Pacífica Fernández Oreamuno, hermana de
Próspero Fernández Oreamuno, quien otorgó a
Minor Cooper Keith
el territorio como pago, demostrando que el negocio fue redondo y se
manejó para beneficio de algunas familias de élite dentro de los
gobiernos.
Años más tarde, el país vivió una era de democracia en paz, que
comenzó en 1889, cuando las elecciones fueron consideradas las primeras
en ser honestas y realmente libres en la historia del país.
Siglo XX e Inicio del Siglo XXI
Costa Rica ha evitado en lo posible, mucha de la violencia que ha plagado a América Central. Desde los últimos años del
Siglo XIX, sólo dos periodos de relativa violencia han marcado su desarrollo democrático. En 1917,
Federico Tinoco Granados gobernó como dictador dos años, después de un
golpe de estado. En 1948
José Figueres Ferrer lideró un levantamiento armado
conocido como la guerra del 48,
a raíz de una elección presidencial acusada por la oposición de nulidad
y fraude. Después de la guerra, se creó la Junta Fundadora de la
Segunda República. El año siguiente, el mismo Figueres abolió el
ejército, y desde entonces, Costa Rica ha sido uno de los pocos países
en operar bajo el sistema democrático sin la ayuda de un ejército.
Una baja de aproximadamente 2000 personas en los 44 días que duró la
guerra civil resultaron de este levantamiento, el hecho más sangriento
en la historia del país en el
Siglo XX, pero la Junta creó una constitución (
ver: Constitución Política de Costa Rica de 1949), garantizando las libres elecciones con sufragio universal y el fin del ejército armado. Figueres llegó a ser
benemérito de la patria, ganando la primera elección bajo la nueva constitución en
1953. Desde entonces, el país ha llevado a cabo catorce elecciones, la última de ellas en el
2014.
Costa Rica ha alcanzado un relativo alto estándar de vida. Se sitúa
en el cuarto lugar en el Índice de Desarrollo Humano de entre las
naciones iberoamericanas.
En la actualidad, el sector servicios, y el turismo superan a la agricultura.
Véase también
Referencias
Botey Sobrado, 2002, p. 30
Notas
- Félix
Belly (1816-1886) fue un periodista y viajero francés quien entre 1856 y
1867 dedicó varios libros en favor de la idea de abrir un canal
transoceánico en Nicaragua. En 1856 publica en la revista la Revue contemporaine
un artículo muy ofensivo en defensa de los países centroamericanos,
para entonces en guerra contra el filibustero William Walker. En 1858,
con apoyos bancarios y el patrocinio de la Société de géographie
de París, realizó su primer viaje al istmo centroamericano. En la
región, viaja acompañando al presidente Juan Rafael Mora a Nicaragua
para asistir a la firma de una convención con el general nicaragüense
Tomás Martínez con miras a la concesión de un canal interoceánico. Su
actuación en favor de la autonomía de los centroamericanos y de los
intereses europeos en el istmo provocó la molestia de los Estados
Unidos. 124
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Las faltas ortográficas son del original.
Según la historiografía costarricense, Rafael Barroeta Baca, hijo de Rafael Barroeta y Castilla,
fue el único soldado del ejército costarricense al mando de Vicente
Villaseñor que se opuso abiertamente al Pacto de El Jocote, que
entregaba Costa Rica a Francisco Morazán. Barroeta habría pronunciado
esta frase delante del grupo de oficiales, al mismo tiempo que partía en
dos su espada sobre su rodilla. En la comunidad de El Jocote, en
Alajuela, existe un monumento a Rafael Barroeta, con una placa donde se
lee esta misma frase.109